El Gourmet Urbano: Descorchando una historia con Paola Vásquez (@paola_wine): La historia del Vino Navegado chileno

jueves, 7 de julio de 2011

Descorchando una historia con Paola Vásquez (@paola_wine): La historia del Vino Navegado chileno

 

Descorchando esta historia
 

Paola VazquezNo sé qué temperatura promedio tendrán en su ciudad al momento de leer estas líneas; lo que sí tengo claro es que hoy en mi oficina, mis manos están muy frías producto de las bajas temperaturas que tenemos en la zona central de Chile en estos días. En estas condiciones de un frío invierno chileno y pensando en qué historia les puedo contar esta semana, es que se me vino a la mente una de las preguntas más curiosas que he recibido en todos los años que llevo a cargo de la promoción internacional del vino chileno desde ProChile…
 
Sirvámonos una copa

 
Como encargada de apoyar a las viñas chilenas en sus acciones de promoción internacional, para dar a conocer la amplia oferta y calidad de nuestros vinos, me corresponde generar y/o triangular una gran cantidad de información técnica y comercial para las empresas, importadores, prensa y hasta estudiantes que preparan tesis sobre el vino o sobre algún mercado. Entre mis contrapartes se encuentran profesionales de gran experiencia en el rubro que buscan respuesta a una duda muy puntual y otros, que con muchas ganas, admiración y ansias por vincularse con un producto de prestigio, hacen una infinidad de preguntas de diversa índole, para las cuales a veces: tengo respuesta inmediata, otras debo consultar a colegas o amigos del sector, y otras se transforman en un desafío que nos obliga a estudiar al respecto.
 
Entre las preguntas que me han obligado a estudiar, ya que mis contactos tampoco tenían la respuesta, está la de un profesor de historia retirado, creo que centroamericano, que se encontraba haciendo una investigación y quería saber dónde podía comprar botellas de vino navegado chileno… Mi respuesta fue automática – “Señor, el vino navegado no se vende, se prepara” y le di la receta que instintivamente me surgió, señalándole que contenía una botella de vino tinto, naranjas, azúcar, canela y clavos de olor – pero él insistía en que había estado averiguando y que si había para la venta. La verdad es que su insistencia me hizo dudar y preferí pasar a la fase dos, la de preguntar a mis contactos. Nos intercambiamos datos con el historiador y quedé en llamarle de vuelta para confirmar quién estaba en lo correcto y si era él, entregarle los datos de la viña que estuviera embotellando vino navegado.

La verdad es que crecí en una casa en la que cada invierno, al menos una vez en la temporada, mi padre preparaba este vino navegado… (mmm, escribo esto y parece que huelo esa mezcla de vino dulce, naranja y canela que invadía la cocina y que permitía que mi hermana y yo probáramos un poco de vino “como los adultos”). Claro que por la cocción, perdía mucho de su alcohol y puedo suponer que hasta lo diluían un poco en agua para nosotras... Tal como me sucedía a mí, le pasó a mis contactos y supongo que a todos los chilenos que hemos crecido sabiendo de la existencia de esta preparación, pero dudo que muchos se cuestionen de dónde viene esta tradición de nuestros inviernos. Dado lo anterior, y ya que la duda había quedado planteada, no quedaba otra que ponerse a investigar. Entre las explicaciones que encontré para denominar “vino navegado” a esta preparación tradicional de Chile, están las siguientes:
1.- Se le denominaría navegado por la relación que se hace entre los trozos de naranja que flotan en la superficie del vaso o la taza que lo contiene, y una embarcación cuando atraviesa el océano.
 
2.- Una segunda posibilidad tiene que ver con las largas travesías que hacían los antiguos navegantes, llevando consigo provisiones para su viaje o como objeto del mismo para comercialización. Entre estas provisiones se habrían encontrado especias y vino, que antes era transportado en recipientes de cuero. Estos productos almacenados, potenciados por el calor de las calderas (que me perdonen los navegantes porque probablemente no sea el término correcto), generaban un intercambio de aromas que podríamos relacionar con la mezcla que se hace en esta preparación.
 
Imagino que muchos países preparan algo similar en épocas invernales, y que través del mundo lo denominan de una forma muy distinta, pero estoy segura que lo disfrutan igual que nosotros.
 
Si este frío sigue así les aseguro que este fin de semana no pasará sin que en mi casa se prepare un dulce, aromático y calientito “vino navegado”. Anímense ustedes también a prepararlo con un vino chileno, hay muchísimas recetas en la web.
 
¡Salud!, y hasta la próxima…
 
Paola Vásquez
Coordinadora Nacional de Vinos
Prochile - Chile

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1 comentario :

EDG dijo...

En el sur de Chile, en Puerto Montt y haci Punta Arenas, en las botillerias y despachos se ofrecía en carteles y pizarrones Vino Navegao con la creencia o verdad que la travesía de norte a sur en barco suponía un movimiento del vino dentro de las barricas en la bodega que le sportana algo especial y por esa razón tenia un valor diferencial anunciado al arribo a puerto.
Saludos,EHG