El pastelero de El Celler de Can Roca abrió un local con estética Willy Wonka y más de 30 toppings para decorar los conitos. Por menos de 5 euros, ya se puede probar algo de la cocina española tan premiada. Democracia foodie.
Semanas antes de que El Celler de Can Roca fuera nombrado el mejor restaurante del mundo según la revista inglesa Restaurant, su pastelero Jordi Roca abrió Rocambolesc, una heladería fuera de lo común. Ubicada también en el centro de Girona, con una estética vintage inspirada en Willy Wonka, vende productos naturales, libros y perfumes.
Lo especial además de su estética es la metodología de cocina abierta, la base es el helado realizado en la mismísima cocina de El Celler, pero el producto final es fruto de la creatividad de cada uno en el momento de combinar seis sabores con 34 toppings. Son “helados fáciles de montar”, y así, visitar Rocambolesc es como entrar a una juguetería.
Otro aspecto novedoso de la propuesta es que para servir el helado se utilizan las máquinas “soft”, exactas a las que se usan en los locales de comida rápida. ¿La razón? Es la mejor manera de conservar la materia prima que viene ya preparada del restaurante y sólo se manipula en el local.
¿Los sabores? Helado láctico, Manzana al horno, chocolate, vainilla, frutilla y mandarina. Los conos y vasitos cuestan entre 2,70 y 4,50 euros. Nada mal para venir de la cocina más festejada del momento, toda una democratización.
Fuente: planetajoy.com
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