El Gourmet Urbano: El café, sus orígenes y evolución

martes, 8 de julio de 2014

El café, sus orígenes y evolución

El café es la semilla del cafeto, que tostada y molida es una bebida servida por infusión con agua caliente. Además de esta referencia me he interesado, ya por curiosidad, en investigar algo de sus orígenes o antecedentes.

 

Café_en_grano_(6776490006)Fuente: Wikimedia.org

En Abisinia, al sur de la región de Kafa,  hay un árbol cuyas bayas rojas tenían unas semillas que utilizaban los naturales del país para ingerirla como infusión y por motivos de la invasión etiope comenzaron a tomarlos los habitantes de Yemen, especialmente los de Moya, hoy Moka por error de trascripción de donde en la actualidad procede un tipo de semilla del mismo nombre que ha hecho célebre a esta ciudad.

Dicen que Ali Ben Omar Chadili, el santo de Moja, fue quien introdujo la bebida del café en el Yemen, y  cuentan las leyendas que de los excrementos de las cabras, utilizadas como paja, ingenuamente surgió la aparición de unos arbustos del café, que después se extendió por todo Arabia, donde aún conservan como tradición local, y su nombre ha sido esparcido y denominado café de moka.

 

El uso del café se generalizó y extendió por todas partes; primero en los círculos sufíes, cuyos místicos descubrieron que su toma era buena para la mente y el rezo, ya que aleja el sueño y facilitaban las veladas rituales y le dio el nombre de qahua, que fue la denominación que recibió y, hasta tal punto lo ingerían en sus secciones de meditación que el acto de beberlo se convirtió en una especie de ritual, en la formula que consistía en exclamar “ya quid” 116 veces y de esta forma lo recitaban porque el significado del valor numérico de las letras qahua u qaui son el mismo y esta ultima que es el poderoso, es uno de los nombres de Alá. Nabnani, uno de los primeros sufíes, en los últimos años de su vida solo vivió tomando café y decía “el que muere con un poco de café en el cuerpo no va al infierno”.

 

Como el café fue descubierto en el Yemen, hasta el año 1415 no era bien recibido y aceptado por la Meca, después de esta fecha incluso se consumían en el interior de las mezquitas.

 

Debido a un gran consumo en las mezquitas, se abrieron locales denominados “buyut al qahua”, donde sus consumidores durante la ingesta recitaban y cantaban salmos místicos, lo que motivo que al estar estos locales mas frecuentados que las mezquitas, los alfaquíes comenzaron a preocuparse, por lo que en 1515 fueron prohibidos, si bien el Mufti de la Meca no obedeció esta orden y por fin el Califa omeya Aldab Malih (685-705) de la era mahometana, autorizo nuevamente su consumo en toda Arabia

 

Al comienzo del Siglo XVI ya lo consumían en El Cairo, principalmente en el barrio del Azhar, que fue allí llevado por los sufíes del Yemen para acudir y asistir en sus practicas religiosas, autorizándose su consumo dentro de las mezquitas, pero un predicador llamado Ahmed ben Abdelhaq el Sumbati lo declaro ilícito en 1523, llegándose al extremo de quemar estos locales. Con el trascurso del tiempo, en una reunión de Ulemas, declaro libre y legal su consumo fuera de las mezquitas, sobre todo a la hora de las oraciones.

 

Debido a las relaciones con los países cercanos a Egipto, el consumo del café se extendió por todos ellos, y en tiempos de Soliman I (1520-1566) se propagó en los lugares, donde las gentes se reunían y allí comentaban toda clase de charlas y críticas, por lo que fue prohibido alegando los alfaquíes que esta bebida era semejante al carbón infernal, pero no obstante, la seguían tomando clandestinamente y pasado el tiempo nuevamente  fue autorizada en todo el país, cuyo consumo en la actualidad es muy frecuente, siempre que al tostarlo no llegase al estado del color del carbón. Hoy en día como hemos comentado, su uso es muy frecuente y lo tomaban  en comunidad, utilizando unas pipas especiales unidas a unos recipientes acuosos.

 

Al poco tiempo, en Europa también fue conocido por Pierre Raudalf en 1528 que los trajo para explotar y continuar en su consumo, primero en la ciudad de Alepo que se extendió como novedad y a que algunos al probarlo se aficionaran a ello. A mediados del siglo XVII, en la corte del rey de Francia, Luis XIV, se recibió un regalo hecho por el embajador de Mohamed IV, el cual después de probarlo autorizó  que se abrieran los primeros establecimientos para la venta y consumo, en la ciudad de Marsella, afición que al poco tiempo fue extendida a todos los países.

 

Posteriormente, y en vista del éxito obtenido, un armenio llamado Pascal, en París, abrió el primer café publico en Saint Germain y al tener gran aceptación este tipo de local y al mismo tiempo conseguir buenas ganancias, fue imitada en Londres, regentado por griegos (café daquí), ya que también  en su país también habían grandes consumidores, estableciéndose en St.. Michaels Avenue, después a España, siendo decano de estos negocios en su apertura la cafetería Pombo, que se estableció en la calle Carretas, después siguieron los holandeses, que en vista del auge comercial y financiero que aportaba lo exportaron a sus colonias americanas, sobre todo en Costa Rica, de cuyo consumo puede proceder el nombre de esta nación, por sus grandes cafetales que son los más famosos del mundo.

 

A Marruecos también lo llevaron, siendo bien aceptado, hasta que un nuevo producto procedente de Oriente llamado “té”, lo sustituyó en el comercio y consumo por la forma tan gustosa y apetecible en su elaboración, mezclado con hojas  de hierbabuena (nana) y servido bien caliente en unas especies de jarras metálicas llamadas barradas (tetera) para mantener su temperatura y servida en unos vasos pequeños especiales para el consumo de este producto.

 

CLEMENTE CERDEIRA

 

Fuente: elfarodigital.es

 

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