Manzanilla: uno de los vinos más especiales del mundo

La joya de la corona de Barbadillo, una bodega de Sanlúcar de Barrameda, es la manzanilla Solear en Rama

Felizmente, la manzanilla está de moda. Su color pálido, su fresca y penetrante fragancia, su olor punzante, su sabor ligero y lleno de matices, la convierten en uno de los vinos más especiales del mundo. Un vino muy peculiar, que es el resultado de un proceso único en las bodegas de Sanlúcar de Barrameda en conjunción con unas condiciones climatológicas específicas. Sus especiales características son el resultado de un proceso particular de crianza dinámica conocido como soleras y criaderas, diferente a los que se utilizan para cualquier otro vino y que sólo se emplean en el marco de Jerez para manzanillas y finos.

Una de las bodegas más destacadas de Sanlúcar de Barrameda esBarbadillo, fundada en 1821. Y su manzanilla se llama Solear. Con mucho carácter, elegante y fina. Pero la joya de la corona de esta bodega sanluqueña es la manzanilla Solear en Rama, un vino excepcional que parte de una técnica artesanal del siglo XIX. Se basa en el desarrollo del denominado «velo de flor» sobre la superficie del vino blanco de uva palomino, que se enriquece gracias a la acción de la levadura. Un proceso de crianza biológica único en el mundo. Se llama en rama a la manzanilla que se saca directamente de la bota.

El vino evoluciona en función de la temperatura y de la humedad propias de cada estación del año. En épocas más frescas, las notas son más finas y perfumadas. Para demostrar esta evolución del vino a lo largo del año, Barbadillo realiza cuatro sacas de las mejores botas de la bodega: una en primavera, otra en verano, otra en otoño y una más en invierno. De cada una de estas sacas salen al mercado unas 1.200 botellas de edición limitada, auténticas joyitas muy apreciadas por los entendidos. Estas ediciones limitadas se pueden adquirir a través de suscripción o en la tienda-museo de Barbadillo en Sanlúcar de Barrameda.

La Solear en Rama correspondiente a la saca de Verano 2015 refleja bien una primavera suave y de escasa pluviosidad. Es una manzanilla de color amarillo dorado, muy fragante en la nariz, con notas de flores blancas y final punzante. En la boca es suave y sedosa, muy amplia y con largo retrogusto debido a sus ocho años de crianza biológica. Un vino perfecto para el aperitivo, para acompañar unas tapas o incluso platos muy especiados.

CARLOS MARIBONA

Fuente: ABC - Viajar