Uno de los productos más apreciados de la cocina francesa. Su alimentación natural asegura un gusto suculento inigualable. En Bibo, de Dani García, se puede disfrutar en todo su esplendor
El pollo de Bresse es un manjar que se considera roza la altura de los mejores productos de nuestro país vecino, como las ostras de Arcachon o el foie. Y Bresse es una pequeña localidad francesa de la bella región prealpina del Ródano, ubicada entre dos de las ciudades francesas más ligadas si cabe a la gastronomía: Lyon al sur y Dijon al norte.
Pollo de Bresse (Foto: Capriles)En esta localidad y en las granjas adyacentes al pueblo se cría un pollo muy especial y muy valorado, no solo por las voces más representativas de la alta cocina gala, sino por el común de los franceses: el pollo con denominación de origen de Bresse. Una pieza que se caracteriza por el exquisito e intenso sabor de su carne; su textura, que es apreciablemente más tierna que otras, y como se cría en completa libertad, su infiltración de grasa es menor que en otras carnes de aves criadas en cautividad. El pollo de Bresse se cría en pequeñas granjas en las que cada animal disfruta de una superficie que varía entre 10 y 12 metros cuadrados. Su alimentación a base de grano y cereal de la zona asegura una carne más sabrosa y suculenta. Estos pollos se crían durante un mínimo de 4 meses y solo se mantienen una o dos semanas en jaula para su engorde final antes del sacrificio.
Parafraseando al clásico, el pollo de Bresse es, sin duda, el rey del pollo y el pollo de los reyes y sus banquetes, además de que es muy apreciado por los mejores cocineros del país vecino, y eso contribuye a que la demanda interna sea tan alta que solo un 10% de su producción se exporta.
En nuestro país se puede probar en Bibo, el restaurante más informal de Dani Garcia, que incluye en su carta un pollo entero trufado y servido en tres vuelcos: el propio pollo al horno, un esponjoso bun (pan chino) de alitas y en ensalada, que siendo el paso más flojo de los tres (por la ensalada poco apetitosa), su carne desmigada es exquisita y el plato en su conjunto es de sobresaliente. El pollo es absolutamente sabroso y jugoso.
Chez Cocó, un local de Barcelona en donde probar este manjar. Chez Cocó es una brasserie o rôtisserie de estilo francés. Un comedor de techos altos y preciosas cazuelas de cobre en vitrinas de estilo francés. El pollo es bueno y suculento, pero creo que lo deberían engrasar bajo la piel para que resultara un poco más jugoso.
Fuente: El Confidencial
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