Vinos para beber descalzos

Inspirada en la recomendación de un gran enólogo mendocino, hoy los invito a leer sobre esos vinos para beber durante tu momento de relax con los pies descalzos.

Vinos para caminar descalzos te lleva a pensar en tus pies sobre el pasto fresco o las baldosas de la casa, momento de distensión, con amigos o en familia y sobre todo momentos de disfrute.

Si existen vinos ideales para beber descalzos supongo también existen los de beber de zapatillas e incluso con zapatos taco aguja. Pero así como no todos los días podemos lucir esos zapatos brillantes y bellísimos, no todos los días podemos beber vinos complejos y con mucho o demasiado por decir, porque hay días que tenemos ganas de escuchar y otros que no.

(Foto Internet)

Siempre me han dicho que el confort de tus zapatos se refleja en tu cara. Frase que doy por válida cuando me tocan servicios de 10 horas, mi cara no puede ocultarlo y no veo la hora de llegar a casa y lanzar los zapatos en el primer lugar que encuentre. Por ende, la comodidad de andar descalzo en el confort de la casa también se refleja en la cara y en el estado de ánimo en general.

Esos momentos donde uno puede liberarse en la intimidad de su hogar o en los jardines del parque o del club son valiosísimos. Son momento para poner la mente en blanco, relajarse y disfrutar el momento. Momentos únicos que maridan de maravilla con vinos simples, frescos y bebibles, pero que no por ello dejan de ser memorables.

¿Qué caracteriza a estos vinos?

Su vivacidad con sus notas de frutas frescas y gran frescura en boca, esos vinos que no te piden que te detengas a prepararte un gran platillo para acompañarlos.

Vinos que puedess tener al alcance de la mano en la heladera sin que el presupuesto se te desbalancee. Deben ser vinos para descorchar, servir y beber. Vinos a los que se les agradece su simpleza y que armonizan de maravilla con tu necesidad de sentirte descalzo.

Qué otros vinos les sugiero para beber descalzos?

Vinos con tapa a rosca, simples de abrir, disfrutar y retapar o para descorchar con la mano.

Torrontés de Salta, de Mendoza, o de Patagonia, bah de donde sea, ya que el torrontés es ese vino, que no requiere pensarlo, concentrarse en sus atributos o meter muchas veces la nariz en la copa para poder descubrir sus aromas. Es aromático, fresco y expresivo, con personalidad exultante y a la vez simple, en una palabra, es franco.

Rosados del año: de Malbec, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir o Grenage, el que más te guste. Beberlo frío de heladera y de ser posible de frapera, como si fuese un blanco. Se puede beber solo o acompañarlo de cualquier pavadita que te sobre en la heladera.

Tintos jóvenes: vinos bebibles con agarre medio en boca, es decir, que no te dejan la boca seca como te queda después de comer banana. En invierno o días de frío podemos ser un poco más osados y beber un buen malbec o cabernet reserva.

Espumosos: son la alegría de cualquier casa. ¿Quíén no identifica el cĺasico PUM del descorche con un momento de festejo? Se pueden beber solos o con un poquito de Aperol o Spritz. Momento de volverte un barman en tu propia casa sin que nadie te esté observando.

Hace unos días conocía a Patricia, simple, frutal, amoscatelada, frutal y totalmente bebible. Patricia es el nombre de la cepa utilizada por Ángel Mendoza para elaborar un espumoso noble mendocino llamado Paradigma.

¿Sabías que existía una cepa de nombre Patricia?

Es un cruce logrado en Argentina en lo años 60 por el Ing. Gargiulo en el Inta. Así como se crearon en otros países cepas como por ejemplo Rivaner (Madelaine Royal x Silvaner) en Alemania o el Pinotage (Pinot noir x Cinsault) en Sudáfrica.

Siempre que se trabajó en un cruce se hizo con un objetivo. En el caso de Patricia era lograr altos rendimientos y lo lograron. Es una cepa que rinde hasta 300 q/ha y aún así rompe el Paradigma de dar un vino digno de beber y disfrutar con los pies descalzos.

Consejos

- Enfriar estas bebidas con la ayuda de fraperas. Las fraperas son baldes de metal o plástico que en caso de no tener se pueden reemplazar con una olla profunda. Llenarla ¾ con agua y hielo y sumergir la botella todo lo que puedas. Mientras menos vidrio quede afuera mejor.

- Enfriar las copas de espumosos para evitar el shock que le provoca a la espuma entrar en contacto con las copas calientes.

- Bajar la intensidad de la luz, poner buena música, tomar una copa y disfrutar de tu momento. Ya que en la vorágine que se vive donde estamos todos conectados debemos saber desenchufarnos, descargar la energía y gozar un vino con los pies sobre el suelo.

¡Salud y hasta la próxima semana!

NOTA DE LA REDACCIÓN: esta recomendación es independiente, las bodegas no pagan por aparecer en este espacio.

María Laura Ortiz

Fuente: mdzol