Montserrat incorpora pastelería creativa, dulces veganos y nueva decoración al cumplir medio siglo
La pastelería Montserrat es uno de los clásicos de Vigo. Este mes cumplió 50 años el establecimiento fundado por Rogelio Sobrino, repostero curtido en un clásico aun mayor, Las Colonias, la catedral del dulce que reinaba en la calle del Príncipe mucho antes que los gofres.
El pastelero en el obrador y su mujer, Dolores Baeza, atendiendo al público, formaron un tándem imbatible. Dos de sus seis hijos, Guillermo y Rogelio, o Willy y Roy, como les llaman, se incorporaron a la empresa poco a poco, hasta que con la jubilación tomaron el relevo. Las Colonias lo abrieron los tíos del padre, Pura Sobrino y José Virgili. Y en su momento rompió moldes introduciendo una parte de charcutería y bombonería que no se había visto antes.
El fundador falleció hace dos años y su viuda pasa de vez en cuando por el establecimiento. Aunque ya no está al mando (lo dejó en el 2004), no puede evitar pasar revista si ve que algo no está como debe estar.
Con el aniversario, los hermanos pensaron que era hora de darle un cambio, pero sin dejarse llevar por modas que pasan, sino respetando la antigüedad tanto en el producto como en el diseño. Es decir, no desechar lo que funciona solo porque sea viejo, sino mantener lo bueno y mirar hacia adelante incorporando novedades en ambas facetas: comida y decoración. Así, Montserrat ha pegado un cambio espectacular sin tirar la casa abajo.
El primero es lo que entra por los ojos, con la redistribución de espacios en un local ahora más diáfano, redecorado en verde. De un lado, azulejos y del otro, la filigrana del artista Marcos Míguez Puhinger creando una falsa pared de azulejo que es realidad un mural. Detrás del proyecto están María Crespo y Víctor González Alegre, sus vecinos de La Victoriana, especializados en mueble vintage. Además de la dirección de obra, se han ocupado de parte del mobiliario, como el del rincón habilitado para sentarse y poder tomar algo allí mismo. «Más adelante también pondremos café», adelanta Willy, que explica que lo que han querido hacer es mantener lo que ha funcionado hasta ahora, ir recuperando recetas perdidas e introducir otras nuevas, además de avanzar en la apuesta por el salado para la demanda creciente de comida a mediodía», cuenta.
La idea es seguir haciendo postres tradicionales de solvencia más que probada en millones de paladares, e incluso rescatar algunas que se han ido perdiendo. La primera con la que se han puesto manos a la obra es con la tarta Llanderas, que además es de origen vigués aunque la receta llegó de Argentina. Se inventó en la pastelería que en los años 30 montó el navarro Antonio Arrondo en Policarpo Sanz en los años 30.
Tras esa primera restitución abordarán un segundo rescate con la tarta Mascota, que tiene en común con la anterior la almendra fileteada y esa estética de los cumpleaños infantiles de los años 70. Y tienen en proyecto bucear en los libros de Las Colonias que conservan en casa De las nuevas recetas se ocupa Bea de Labra, la creadora de Suculenta, que está en el obrador con Roy en un intercambio de saberes de hoy y de ayer, con un equipo que completan Juan Tita, Déborah y Noe.
Bea es el viento fresco que trae productos veganos, tanto dulces como salados (la coca ya solo la hacen vegana) o algunos productos sin gluten en su composición y pastelería internacional como la que representan el brownie, el blondie o los financieros . «La otra línea de trabajo se centra en rebajar azúcares en las composiciones», advierte la pastelera, al mando de los nuevos tiempos en el obrador de Montserrat cuyo pilar sigue siendo una materia prima de calidad y una elaboración artesana.
Guillermo Sobrino hace balance de los años en los que él y su hermano ya estaban al frente y recuerda aliviado el agobio de los años de la crisis, que coincidieron con la ampliación del negocio con un local en Bouzas dedicado al catering. Esa vertiente la siguen manteniendo y afortunadamente, la recuperación y la reactivación de los eventos es notable.
El fundador falleció hace dos años y su viuda pasa de vez en cuando por el establecimiento. Aunque ya no está al mando (lo dejó en el 2004), no puede evitar pasar revista si ve que algo no está como debe estar.
Con el aniversario, los hermanos pensaron que era hora de darle un cambio, pero sin dejarse llevar por modas que pasan, sino respetando la antigüedad tanto en el producto como en el diseño. Es decir, no desechar lo que funciona solo porque sea viejo, sino mantener lo bueno y mirar hacia adelante incorporando novedades en ambas facetas: comida y decoración. Así, Montserrat ha pegado un cambio espectacular sin tirar la casa abajo.
El primero es lo que entra por los ojos, con la redistribución de espacios en un local ahora más diáfano, redecorado en verde. De un lado, azulejos y del otro, la filigrana del artista Marcos Míguez Puhinger creando una falsa pared de azulejo que es realidad un mural. Detrás del proyecto están María Crespo y Víctor González Alegre, sus vecinos de La Victoriana, especializados en mueble vintage. Además de la dirección de obra, se han ocupado de parte del mobiliario, como el del rincón habilitado para sentarse y poder tomar algo allí mismo. «Más adelante también pondremos café», adelanta Willy, que explica que lo que han querido hacer es mantener lo que ha funcionado hasta ahora, ir recuperando recetas perdidas e introducir otras nuevas, además de avanzar en la apuesta por el salado para la demanda creciente de comida a mediodía», cuenta.
La idea es seguir haciendo postres tradicionales de solvencia más que probada en millones de paladares, e incluso rescatar algunas que se han ido perdiendo. La primera con la que se han puesto manos a la obra es con la tarta Llanderas, que además es de origen vigués aunque la receta llegó de Argentina. Se inventó en la pastelería que en los años 30 montó el navarro Antonio Arrondo en Policarpo Sanz en los años 30.
Tras esa primera restitución abordarán un segundo rescate con la tarta Mascota, que tiene en común con la anterior la almendra fileteada y esa estética de los cumpleaños infantiles de los años 70. Y tienen en proyecto bucear en los libros de Las Colonias que conservan en casa De las nuevas recetas se ocupa Bea de Labra, la creadora de Suculenta, que está en el obrador con Roy en un intercambio de saberes de hoy y de ayer, con un equipo que completan Juan Tita, Déborah y Noe.
Bea es el viento fresco que trae productos veganos, tanto dulces como salados (la coca ya solo la hacen vegana) o algunos productos sin gluten en su composición y pastelería internacional como la que representan el brownie, el blondie o los financieros . «La otra línea de trabajo se centra en rebajar azúcares en las composiciones», advierte la pastelera, al mando de los nuevos tiempos en el obrador de Montserrat cuyo pilar sigue siendo una materia prima de calidad y una elaboración artesana.
Guillermo Sobrino hace balance de los años en los que él y su hermano ya estaban al frente y recuerda aliviado el agobio de los años de la crisis, que coincidieron con la ampliación del negocio con un local en Bouzas dedicado al catering. Esa vertiente la siguen manteniendo y afortunadamente, la recuperación y la reactivación de los eventos es notable.
BEGOÑA R. SOTELINO
Fuente: La Voz de Galicia
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