El Gourmet Urbano: Santa Cerveza

viernes, 13 de julio de 2018

Santa Cerveza

A pesar de la excelencia de nuestros vinos, las cervezas dominan en los ambientes de juventud y fiestas familiares. Además cuentan con estudiadas campañas publicitarias. Claro que ninguna narra la historia de la cerveza en los monasterios, que disputaron por su fabricación. Sorprende saber que en la abadía benedictina suiza de Saint Gall, los monjes la mejoraron de tal forma que el hermano Magnus sería con el tiempo santo patrón de los cultivadores de lúpulo.

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Según cuenta el gastrónomo Néstor Luján, apoyándose en documentos del siglo X, en la citada abadía elaboraban tres clases de cerveza: una muy débil, que destinaban a los pobres y peregrinos que llamaban a la puerta pidiendo un mendrugo de pan y algo que beber; otra de mayor graduación alcohólica para uso del convento, y una tercera, deliciosa y capaz de quitar todas las penas, que se reservaban para los visitantes eclesiásticos de linaje.

Todo monje y monja (reinaba en aquel tiempo la igualdad en múltiples circunstancias conventuales) tenía derecho a disponer diariamente de dos litros de cerveza. Penitencias aparte, al espíritu lo fortalecían con la espumeante bebida; y si San Magnus era el patrón de los cerveceros suizos y alemanes, Saint Arnault lo fue de los franceses.

El lúpulo (cuya utilización data del siglo XI) fue descubierto, según la tradición, por Santa Ilegarda, fundadora y abadesa del monasterio de San Ruperto, quien tuvo el acierto de darle un punto amargo a la cerveza, que hasta entonces pecaba de dulzona.

Por supuesto, estos santos tan dados a beber, también tienen sus milagros. Saint Arnault (Arnoldo para nosotros), cuando trasladaban sus reliquias en una procesión barroca y calurosa, hizo que de una sola jarra de cerveza pudieran saciar su sed más de doscientos fieles que las acompañaban. Fue una cerveza fresca, riquísima, inolvidable. Cantaron y rezaron como nunca; y además con la ventaja de que ningún control policial iba a medirles la alcoholemia.

Era una santa cerveza, que hoy no existe.

A tenerlo en cuenta

Mª ÁNGELES ARAZO

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