Menos calorías, más sofisticación y la posibilidad de combinar con otras bebidas han empujado la preferencia de mujeres y jóvenes hacia los vinos espumosos. El mercado mira con buenos ojos este nicho y a la oferta ya ampliada, pretende sumar nuevos competidores.
Partió como una moda, una nueva forma de probar el vino que prometía más “onda” y menos calorías, por eso las primeras en adquirir este gusto fueron las mujeres jóvenes. Los vinos espumosos con cientos de años de historia en Europa, son una institución que cada día gana más adeptos en el mundo. En Chile es más reciente, una tendencia conocida como “sparkling wines”.
Una de las razones de este mayor consumo, tiene que ver con la cantidad de calorías que contienen. De ahí, que muchas mujeres prefieran beber un vaso de espumoso a un pisco sour y que los jóvenes, mezclen sus bebidas energéticas con vino y no con bebidas más fuertes.
Janet Cossio, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar, señaló que la cantidad de calorías de un vino está en directa relación con los grados alcohólicos que este tenga. “En general, los vinos tienen entre 11% y 12% de grados de alcohol. Algunos tienen menos. El que sean menos calóricos depende de la cantidad de alcohol y azúcar que contengan”, dijo.
El cálculo que se debe hacer es que cada grado de alcohol equivale a 7 calorías, si un vino tiene 11º, significa que por cada 100 cc se consumen 77 calorías. “Un consumo moderado de espumoso es más recomendable que un trago como pisco sour o que otra bebida alcohólica”, dijo Cossio.
La nutricionista de Integramédica Myriam Musalem también recomendó este tipo de bebidas antes de tragos más fuertes como el vodka (43º) o el pisco (entre 35 y 40º). Además, destacó que los vinos, sobre todo los tintos, tienen antioxidantes que son beneficiosos para la salud.
La presencia de polifenoles, sustancias que nos ayudan a evitar la oxidación de nuestras células, una segunda excusa para preferir los espumosos. El profesor José Romero del Departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile explicó que son los polifenoles presentes en los vinos los que poseen actividad antioxidante.
Estos polifenoles provienen de las uvas, se encuentran en la piel u hollejo. “En general, la cantidad de polifenoles totales es mayor en tintos, menor en rosados y menor en blancos y su actividad antioxidante no está relacionada directamente con la cantidad, sino con la calidad o tipo del polifenol”, indicó.
BUEN NICHO DE MERCADO
René Merino, presidente de la Asociación de Vinos de Chile, entidad que reúne a los productores vitivinícolas del país, dijo a La Nación que el aumento del consumo lleva unos seis años en el mundo y también en nuestro país. “Han aparecido nuevos productores nacionales de vinos espumosos y ha aumentado la exportación de vinos espumosos, aunque todavía es bastante incipiente”, señaló. (Ver infografía).
Aunque los espumosos chilenos todavía no tienen una connotación importante en el orbe como la de los vinos tranquilos (sin burbujas), esto no significa que no la vaya a tener en el futuro. A nivel de gremio funciona una mesa que periódicamente revisa todos los temas de legislación respecto de los vinos espumosos y realiza propuestas para mejorar la promoción de los vinos espumosos en Chile y el mundo.
La Viña Undurraga cuenta con cinco líneas de vinos espumoso y tiene tradición entre este tipo de vinos. Carolina Gómez, gerente de Comunicaciones de la viña explicó que desde hace cuatro años los espumosos están dentro del plan estratégico trazado que incluye aumentar su consumo sin perder la calidad. Por lo mismo, ampliaron sus instalaciones y la cantidad de cubas donde se almacena. El plan también incluye una campaña de marketing que incorpora redes sociales (Facebook y Twitter) y un cambio en la imagen de las botellas. “La idea es acercarlo más a la gente, que no se beba sólo en matrimonios y Año Nuevo, sino también como aperitivos y en las comidas, que compita entre los jóvenes, un poco ‘perderle el respeto’ a los vinos espumosos y beberlos en ocasiones variadas”, dijo a La Nación.
Orlando Jiménez, director de ingeniera en Agronegocios de la Universidad Central señaló aprovechando esta tendencia, las viñas han lanzado nuevas líneas. “Se venden alrededor de 450 mil cajas a nivel nacional, es un mercado que crece a tasas en torno al 10%”, dijo Jiménez. Por lo mismo, hoy se fabrican líneas de botellas individuales y “se invierte en etiquetado, envases y embalajes más cercanos y marketing”, señaló el académico de la Universidad Central. La sofisticación del espumoso siempre sigue cuando el vino tradicional logra un gran desarrollo, insistió.
En este auge, la Viña Concha y Toro lanzó el año pasado Brut Reserva, un sparkling wine con edición limitada y elaborado con base Chardonnay. Sebastián Aguirre, brand manager de la línea espumosos de esta viña, indicó que en los mercados donde lo han lanzado se ha convertido en un producto de categoría superior, por algo su producción es limitada y exclusiva.
A juicio de Aguirre, el mercado de espumosos está creciendo fuertemente a nivel mundial y principalmente en los países del nuevo mundo donde estaba menos desarrollado. “Es bajo en calorías y glamoroso para las mujeres. Cool y sofisticado, para los más jóvenes”, dijo. De hecho, adelantó que Concha y Toro tiene entre sus planes seguir creciendo en esta categoría.
Otra viña que se sumó a la oferta es Viña Casal de Gorchs, con un espumante Premium presente en 45 mercados extranjeros: Fresita. Este vino está hecho en bases a cepas blancas seleccionadas de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Moscatel que son fermentadas en forma individual para obtener los vinos base, los que en una segunda etapa de fermentación, son mezclados para obtener un burbujeante vino espumoso brut de gran calidad. Finalizado este proceso se fusionan con pulpas de fresas cosechadas en el sur de Chile, pero con una baja graduación alcohólica (8% alcohol), lo que se refleja en la menor cantidad de calorías. Recién en mayo de este año, Fresita se incorporó al mercado nacional.
TIPOS DE ESPUMANTES
Este tipo de vinos obtiene la gasificación producto de una segunda fermentación.
Los espumantes se elaboran a partir de muchos tipos de uva, aunque tres de ellos son los más utilizados: Chardonnay (blanco, seco, fresco elegante y ligero), Pinot Noir (con cuerpo, potente, fino) y Pinot Meunier (más frutoso, fresco).
Pueden ser blancos, rosados o tintos, dependiendo de las cepas utilizadas en su elaboración.
De acuerdo a la cantidad de azúcar, se distinguen Brut Nature o Brut Zéro (-3 gr de azúcar por l.), Extra Brut (-6 gr de azúcar por l.), Brut (-15 gr de azúcar por l.), Extra Sec (12 a 20 gr de azúcar por l.), Sec (17 a 35 gr de azúcar por l.), Demi-Sec (33 a 50 gr de azúcar por l.), Doux o Dulce (+ 50 gr de azúcar por l.)
Para su obtención se utilizan tres métodos:
Tradicional o Champenoise: segunda fermentación en la botella, se considera el de mejor calidad.
Charmat: la segunda fermentación se realiza en tanques grandes y después de gasificado se embotella.
Gasificado: se inyecta el gas directamente en el vino, de manera industrial.
Por Cecilia Yáñez / La Nación
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