La rutina en la crianza infantil se refiere más bien a una serie de actividades predecibles y organizadas que le permiten a nuestro pequeñito saber qué esperamos de él en cada momento, cómo debe comportarse y qué cosas puede hacer o no según las circunstancias. Un niñito sin una rutina estable suele ser desordenado, y tal vez un poco tremendo y voluntarioso pues intentará llenar su tiempo a su gusto y según su criterio, lo cual es una bomba de tiempo para la paciencia de cualquier mamá o papá.
Yo creo ampliamente que la rutina no se va de vacaciones con el colegio; por el contrario, se adapta a las nuevas actividades y horarios de las vacaciones. Debe haber una rutina para acostarse en la noche, para bañarse, para las actividades que se vayan a realizar y, obviamente, para la alimentación.
Estar de vacaciones no debe significar comer a deshoras o tirar por la borda todos los buenos hábitos que nos esmeramos por lograr durante el año escolar. Aún con una rutina especial es importante mantener la calidad en el menú de nuestra familia.
Si estamos fuera de casa por una temporada es importante prever los horarios de comida y elegir un lugar adecuado para comer, así como un plato que sea nutricionalmente conveniente, de lo contrario, al regresar a casa, además de sobrepeso tendremos con nosotros unos niñitos indisciplinados para comer; es decir, tendremos que volver a comenzar otra vez a enseñar buenos hábitos de alimentación.
Evita en la medida de lo posible las chucherías repletas de azúcar y colorantes, así como también comer entre comidas más allá de las meriendas. Más bien aprovecha que están de paso en un lugar nuevo y aventúrense a probar nuevos alimentos y a enseñar a tus hijos acerca de la gastronomía del lugar.
Si tus vacaciones son en casa, pues te será un poco más fácil controlar los horarios y la calidad de lo que comen; sin embargo, debes estar atenta a no dejarte llevar por la improvisación y las muy tentadoras comidas rápidas. Puedes aprovechar los horarios más relajados para hacer comidas divertidas, invitar amiguitos a casa y, eventualmente, hacer de la hora de la comida un momento divertido y especial. Cada mamá sabe cuál es la mejor manera de sorprender a sus hijos.
Si tus hijos van a algún campamento vacacional, asegúrate de informarte acerca de la calidad del menú y los ingredientes que se utilizan para prepararlos, pues la buena alimentación nunca está de vacaciones. También es importante que verifiques cómo manejan el tema de los hábitos. Este año, Natalia asistirá por primera vez al Day Camp Hupi, y allá comerá la comida de la mamá de Fabiola. ¡Vamos a ver qué tal le va sin personajes ni animalitos en el almuerzo! Pero creo que ya lleva suficiente tiempo comiendo bien y relajada, así que está lista para eso.
El menú que les traigo hoy es mi favorito: arroz con pollo. Yo, al igual que la mayoría de las amas de casa, generalmente cocino sin recetas. En el caso del arroz con pollo aprovecho para agregarle todos los vegetales que pueda, y Natalia se los come muy bien, además le dan un colorido muy especial a la comida. En esta oportunidad le puse zanahoria y calabacín rallados, vainitas y espinacas picaditas, guisantes y maicitos, además de un sofrito de cebolla, pimentón, ají dulce y ajo. En esta receta, adicional a los cuadritos de pollo, aproveché unos retazos de chuleta ahumada que quedaron de unas florecitas que hice ayer y le dieron un sabor muy rico. Está acompañado con puré de plátanos con mantequilla y quesito rallado. El jugo es de melón y la sopita de auyama.
¡Un abrazo amigos y feliz semana!
Nadyra Muhammad Mirabal
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
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