Los buenos modales no están condicionados por el nivel socio – económico que se tenga, mucho menos por lo bien parecido que se pueda ser. Estos están directamente ligados con la educación. Los que me conocen saben que vivo un rato aquí y otro mas allá y en ese andar me he topado tanto con personas que poseen un alto poder adquisitivo y otras muy humildes, sorpresivamente en algunas oportunidades he conseguido modales impecables con los personas humildes. Si bien es cierto que con el dinero compras el mundo, con la educación te lo ganas.
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| FOTOGRAFIA MARIA JULIANA CASTRO |
Todos tenemos personalidades totalmente distintas, es lo que nos caracteriza por ser seres únicos, originales e irrepetibles, pero existe un toque distintivo que define nuestra personalidad y es nuestra educación, la cual se ve reflejada en nuestros modales. Tengan en mente que mas puertas se abren y mejores relaciones conseguimos si tenemos buenos modales.
Los buenos modales son parte importante, y en mi opinión muy personal, de un buen servicio, veamos un ejemplo: llega un cliente asiduo a nuestro sitio de trabajo y decidimos llamarlo a viva voz: “que dice mi pana”, seguramente este saludo dejaría mucho que pensar tanto a las personas que lo acompañan, como a los demás clientes que se encuentran en el establecimiento. La manera culta de saludar siempre será decir señor, señora, dama o caballero; ahora que sabes cómo es la forma correcta de recibir a un cliente, ejemplifiquemos nuevamente ese momento: “Señor Pérez bienvenido”. El llamar a un cliente por su nombre siempre será un impacto positivo e importante en la atención al cliente.
Nunca discutir con los clientes es otra manera de mostrar nuestros modales. En días pasados fui a un establecimiento donde una dama le dice al mesero -¿Por qué cambiaron la crema?, y el mesero le responde -“esa es la misma de siempre” la dama insiste –“siempre vengo a comer y creo que no es la misma”; el mesero enojado responde –“bueno señora esa es la misma, pero si usted dice que no es, no puedo hacer nada”, se da media vuelta y para colmo hace un gesto despectivo hacia el cliente. Una de las posibles salida que podía hacer el mesero es la siguiente -“disculpe señora, si desea se la cambio” de esta manera no convertimos un simple comentario en una nota negativa en nuestro servicio. La mala impresión que damos por no tener buenos modales maltrata la mejor experiencia que se haya brindado.
En fin, la lista de los buenos modales es bastante extensa, es por ello que estos se deben comenzar a sembrar desde que nacemos, en casa. Y si bien es cierto que no somos culpables de la educación que pudieron brindarnos nuestro padres, también es cierto que es de nuestra entera responsabilidad desarrollar y perfeccionar nuestra cultura y de esta forma poder enriquecer nuestra personalidad y adivinen que, así damos el ejemplo y empezamos a enriquecer a los que nos rodean. Tengan en cuenta que los buenos modales pueden ser utilizados en todos los contextos de nuestras vidas.
Te invito a que aprendas los buenos modales y si por algún motivo, no sabes, por favor no inventes, lo mejor es preguntar, y en el peor de los casos, si te ves en una situación que no sabes que hacer, solo espera y observa que hacen los demás, si no está dentro de las norma, por lo menos es lo que hace la mayoría, una vez hayas salido de la situación, investiga.
Recuerda los modales dicen mucho de ti, como dicen por allí “por la maleta se conoce al pasajero”. Sorprende a tus clientes con un buen servicio, atención personalizada y mucho profesionalismo.
JORGE GUGLIETTA
Tu Restaurant
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Jorge Guglietta
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