Ola k ase? Paella y horchata

Si los valencianos queremos avanzar en la senda de la credibilidad gastronómica tenemos que hacer un importante ejercicio de humildad y documentarnos sobre nuestra cocina. La vehemencia que prodigamos a la hora de defender nuestra casa no va acompañada de un criterio científico, hay muchas inexactitudes y falsas creencias que la mayoría de los valencianos damos por buenas, y no lo son. Con esa forma de hacer las cosas solemos quedar en ridículo y no nos toman en serio. Esto debe de cambiar porque la cocina valenciana es excelente, solo hace falta presentarla con la naturalidad que la caracteriza y con cierto rigor.

Jaime I desde que probó la horchata en el campo de batalla fue un adicto a la bebida de chufa

 
En pleno siglo XXI no podemos ir diciendo por ahí que la horchata es valenciana "de tota la vida", porque a Jaume I le ofrecieron una granissada durante la reconquista del Cap I Casal, y él, muy agradecido exclamó a la joven camarera (ataviada de fallera) ¿això es Or Xata?
 
Horchatas hay en todo el mundo, de arroz, almendra, avellana e infinidad de frutos secos, junto a infusiones y tisanas que tienen el mismo origen que nuestra horchata, que aquí es de chufa, una mala hierba que proviene del norte de África.
 

Momento en que el Homo Valencianensis descubre el fuego y aprovecha para cocinar la primera paella

 
Esa es una, pero las hay más gordas. Concretamente con la paella. No podemos creer ni pensar que nuestro guiso rey sea "de tota la vida" El uso del recipiente que hoy conocemos como paella/paellera es de metal, un material que hasta el desarrollo de la siderurgia de consumo no estuvo al alcance de las familias. Eso debió de ocurrir a finales del siglo XIX y no antes. Claro, por eso hemos de entender y explicar que los arroces más tradicionales en Valencia se cocinaban en perol y en cazuelas de barro, por ejemplo, el arròs al forn o passejat, posiblemente sea el arroz seco más genuíno y popular de nuestra cocina y no la paella, que es un plato moderno y creativo.
 
Si! Moderno y creativo, abierto a las influencias y circunstancias de cada momento, a los imponderables de la economía familiar y la temporada. La forma abierta, generosa y receptiva de la paella nos pide a grito pelado..."Echarme buen producto de la tierra o del mar que yo con un puñadito de arroz os apaño una buena comida".
 

Primitivos y poco evolucionados Neanderthales a punto de comer una paella con pimiento y sin cuchara, porque no se había inventado aún

Fuente: http://www.elmundo.es

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