El Gourmet Urbano: El renacimiento del Itata por Harriet Nahrwold y Enrique Rivera

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jueves, 7 de marzo de 2013

El renacimiento del Itata por Harriet Nahrwold y Enrique Rivera

Cada día se oye hablar más de este valle sureño, metido en lo profundo del secano interior de la Región del Biobío. Desde allí están saliendo vinos novedosos, algunos hechos con métodos muy artesanales. Pero el Itata no es ningún recién llegado a la viticultura chilena. Por el contrario, los conquistadores españoles introdujeron en sus tierras y zonas vecinas las primeras parras viníferas conocidas en el país, en fecha tan temprana como 1548.

 

Cuatro vinos del valle del Itata

 

Sin embargo, el desarrollo ulterior del vino chileno se realizó y consolidó en la región central de nuestro territorio, quedando lo que se producía en el Itata y los valles aledaños solo para consumo local, como parte de una agricultura pobre y de mera subsistencia familiar.

 

Viñedos de Zaranda

 

Afortunadamente, la búsqueda de nuevos terruños, de variedades distintas y de vinos que entregaran expresiones de lugar diferentes de las tradicionales hizo que algunas viñas consolidadas, como Miguel Torres y De Martino, y enólogos proclives a la experimentación, como Fernando Almeda,Marcelo Retamal y François Massoc, pusieran sus ojos en estas tierras sureñas. No tardaron en descubrir, a la luz de la enología moderna, las potencialidades de sus cepas más características, como la país y la moscatel (que están entre las primeras plantadas en Chile), y la cinsault (que llegó mucho después, pero que es casi exclusiva de la región del Biobío). Incluso algunos profesionales se han atrevido a emplear métodos ancestrales de vinificación, en viejos lagares, toneles, vasijas de cuero y tinajas de greda en su afán por vinos lo más naturales posibles. Vinculados a estas búsquedas son los cuatro vinos que presentamos en esta reseña dedicada al Itata.

 

Miguel Torres, Días de verano, Muscat 2012Miguel Torres, Días de verano, Muscat 2012 (Quillón, valle del Itata). Fue presentado a fines del año pasado en los jardines del hotel Grand Hyatt por el propio Miguel A. Torres, su hijo Miguel y el enólogo de la bodega curicana Fernando Almeda, presencia que puso de relieve la importancia que la viña le dio al lanzamiento. Y es que se trata de la incorporación de una nueva denominación de origen al portafolio de Torres. Es un vino de agradables notas perfumadas, características de su variedad, que recuerdan rosas, geranios y duraznos. Su alta azúcar residual (14 gramos por litro) se conjuga bien con su refrescante acidez, respaldada por un bajo contenido de alcohol (11,5%). Ideal como aperitivo no solo para los días de verano, como sugiere su nombre, sino para todo el año (precio en supermercados: $5.450).

 

La cepa muscat o moscatel, con la que está elaborado, cubre más de 6.000 hectáreas en Chile, 80% de las cuales están en la región del Biobío. Por lo general se trata de moscatel de Alejandría, también llamada Italia o blanca Italia, pero a veces está mezclada en los viñedos con otras representantes de la familia (las moscateles amarilla, rosada, negra y de Austria).

 

Zaranda, Rosé de Cinsault y País 2011Zaranda, Rosé de Cinsault y País 2011 (Guarilihue, valle del Itata). Zaranda es una pequeña viña de reciente creación. Su propietario, Juan Ignacio Acuña, con estudios de gastronomía y sommelería en Santiago y un entusiasta del vino, quiso aprovechar bien las ocho hectáreas de parras de secano que su familia conservaba en Guarilihue (a unos 20 kilómetros en línea recta del océano, a la altura de Dichato, en plena Cordillera de la Costa) y emprender un proyecto propio de vinificación con el apoyo de los enólogos Diego Morales y François Massoc.

 

Probamos primero su Muscat 2011, sin entusiasmarnos demasiado con lo que ofrecía. Lo encontramos ligero y corto, falto de nervio y vivacidad. Pero otra cosa fue este Rosé 2011, hecho con uvas cinsault y país, las que, junto a la moscatel de Alejandría, constituyen el alma de la viticultura de la región. Se trata de un vino de color piel de cebolla, lleno de sutiles aromas florales y de guindas, que en la boca se impone primero por su acidez y luego, en el paladar medio, por su untuosidad y delicadas notas dulces. Un acierto de rosado. Está a la venta en El Cavista de Héctor Riquelme a $5.000 (teléfono 2223 3932).

 

Viña de Neira, Bandido Neira, Cinsault 2011Viña de Neira, Bandido Neira, Cinsault 2011 (Guarilihue, valle del Itata). El sugerente nombre de este vino corresponde al apodo que tenía José Miguel Neira, un bandolero despiadado que asoló con sus secuaces los campos del centro sur de Chile a fines de la Colonia y en los comienzos de las luchas por la Independencia. Se vinculó a las fuerzas patriotas más por conveniencia que convicción. Pero como siguiera cometiendo delitos, fue capturado y fusilado en 1817 por orden del general Ramón Freire, hecho que llevó a su familia a huir al sur para establecerse entre los ríos Itata y Biobío y dedicarse allí a la agricultura y producción de vinos.

El Cinsault 2011 de Neira no es, en absoluto, tan vehemente y recio como el personaje al que alude la marca. Es moderado en alcohol (12,8%), más bien suave y poco expresivo en su natural rusticidad. Entrega aromas de frambuesas y una dulzura que vira hacia notas amargas en el fondo del paladar. La viña lo vende a $2.500, y por un mínimo de 12 botellas hace un descuento de 15% (consulte su tienda on line en www.vinosdeneira.cl).

 

De Martino, Viejas tinajas, Cinsault 2012

De Martino, Viejas tinajas, Cinsault 2012 (Guarilihue, valle del Itata). De este notable vino se ha hablado bastante y en términos muy elogiosos. Nosotros nos hemos referido a él en dos artículos: “No me asustan las pepas verdes” (21.5.2012) y Las viejas tinajas de De Martino (28.1.2013). Y claro: vinificar en tinajas de greda, como se hacía en tiempos remotos, y de una manera completamente natural, dejando que las levaduras nativas (las que se encuentran en los propios hollejos de la uva) hagan la fermentación, tiene sus riesgos. Pero Marcelo Retamal y su equipo enológico salieron airosos del desafío con la primera versión de este cinsault, la de 2011, que fue señalada en la guía Descorchados 2012 como “vino revelación del año”.

 

Para la segunda añada aplicaron lo aprendido en la primera y, entusiasmados con el éxito de esta, aumentaron la producción casi al triple, a once mil botellas. Comparando ambas cosechas, la 2012 se muestra más madura (la temporada fue más calurosa), pero es tan rica como la anterior en frutas rojas, frescor y acidez. En los aromas este vino entrega delicadas notas florales y un fondo terroso, proveniente de las tinajas en que fue fermentado y criado, que le da un carácter único. Bébalo a no más de 15-16° C para capturar todos sus encantos. Precio de referencia: $9.000.

 

Nota: En Venezuela Miguel Torres lo distribuye Alnova y a Di Martino Ialca.  

 

Fuente: apuntesdesobremesa.cl

 

 

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