Todo esto se me ha venido a la cabeza hoy al ver la foto principal del post. Ha sido verla y pensar en este post. Las patatas, qué gran invento. ¿Qué haríamos sin ellas? Cuántas comidas salvadas del abismo…
Si haces una barbacoa, es imposible resistirse a asar unas patatas cortadas a la mitad o en gajos, como en la foto, dejarlas doraditas y acompañarlas de algún mojo o salsa picante. Ya sólo por esto, merece la pena encender el carbón, ¿no?.
También podemos utilizar una de esas mandolinas para cortarlas finitas y freírlas para que acompañen de forma magistral a unas buenas costillas asadas con salsa barbacoa.
No tengo ni idea de por qué llaman panaderas a estas patatas pero, igual, qué gran invento. Cuando estamos en modo SLOW durante el fin de semana y, o bien asamos cordero en casa, o salimos a algún asador a que nos lo pongan por delante, las panaderas son el pasaporte a la gloria.
A veces uno tiene alguna pieza de carne interesante pero no en cantidad como para degustarla en solitario, me refiero a comerla como ingrediente principal. ¿Qué haces? Pues sofríes unas verduras, salteas la carne y la retiras, echas unas patatas, vino, agua y chup chup. Antes de finalizar, agregas la carne y, por arte de magia, ese trocito escaso de carne se ha convertido, gracias a las patatas, en un suculento guisote.
¿Qué os parece esta versión actualizada de las patatas fritas con huevo? Las patatas paja. Personalmente no es la forma de cocinarlas que más me apasione, más que nada porque no se como “meterles mano”. Y al final, justo eso, tienes que ir pillando una a una con los dedos. Pero ha sido y es un recurso muy socorrido en muchos restaurantes que modernizan un plato de esta manera.
Por más que se empeñe la industria, nada como hacerse uno mismo un puré de patatas casero, con aceite de oliva y sal. No necesitas nada más. Si eres de los que te gusta fino, lo pasas por un chino y listo. Si eres como yo, con que lo espachurres con el tenedor, será suficiente
Y el colmo de la sencillez cuando no tienes casi de nada en la nevera, cueces unas patatas grandes, las abres y las rellenas con lo que pilles. Y luego, salsita por encima. Ufff, qué placer.
El pincho de tortilla en España es un 24/7, es decir, lo puedes pedir a cualquier hora, cualquier día de la semana. Sí, no es broma, para desayunar, a media mañana, para comer rápido en la barra, para merendar, para cenar de forma informal con un tinto, ya tarde después de tomar unas copas cuando vuelve el hambre, antes de llegar a casa por la mañana en el bar de la esquina…
¿Qué harían los bares y restaurantes sin las patatas fritas? Ojo que no lo critico, pero es la guarnición más utilizada. Lo mejor es que, si se te ocurre como restaurador currarte unas verduras al horno de guarnición, el comensal te llamará y te pedirá que le lleves unas patatas fritas. Posiblemente eso no lo confesaría en público nadie, pero os aseguro que pasa.
¡Vivan las patatas!
Fuente: gastromedia.es
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