Hablar de la Pinot Noir conlleva necesariamente dirigir nuestra mirada a Borgoña, la querida Bourgogne… ¡ayyyyy! (suspiro). Esta es la región clásica de la variedad, donde sus exigencias son totalmente satisfechas y donde los vinos elaborados en diferentes localidades o villages exhiben aspectos ligeramente diferentes entre sí (Noirien o Pineau son algunos de los localismos relativos a la Pinot Noir que podemos leer). Estas diferencias no pasan desapercibidas y les hacen tener diferentes Denominaciones de Origen (AOC por las siglas en francés de Appellation d´Origine Contrôlée).
Las AOC son casi inabarcables, pero para que os hagáis una idea; localidades como Gevrey-Chambertin, Pommard o Nuits-Saint-Georges ofrecen generalmente más intensidad y complejidad en sus vinos que gran parte del resto de las Indicaciones Geográficas de la región. Pero todo esto variará en función del viñedo elegido para el vino, no será lo mismo un Premier Cru (localizados en los límites de esas villages) que un viñedo catalogado como Grand Cru, Le Chambertin sería un ejemplo, considerados los Pinots más complejos, poderosos y longevos del mundo; los cuales alcanzan precios altísimos debido a su calidad y poca producción.
No queremos adentrarnos más en Borgoña por el momento, hacerlo conllevaría que “empezarais a odiar el Blog, el vino, Borgoña”,… Creernos, adentrarse en Borgoña (lo haremos antes o después) requiere tener claro multitud de conceptos que a día de hoy serían difíciles de asimilar, y como esto es un Blog para disfrutar no queremos que paséis un mal rato intentando poner sobre un mapa regiones y viñedos centenarios de tamaño poco mayor que el jardín de un chalet de cualquier barrio residencial español.
Sin embargo, no sólo se cultiva la Pinot Noir en Borgoña, hay en otro lugar en el que su cultivo se mima tanto o más que allí. Esta vez es un poco más al Norte, en Champagne, donde se emplea únicamente en la elaboración de sus afamados espumosos y, junto con la Chardonnay y Pinot Meunier, constituye la “triada del Champagne” (expresión que empleamos de manera análoga a nuestra “triada del Cava” formada por la Macabeo, Parellada y Xarel-lo). Es más, numerosas casas de Champagne utilizan la Pinot en sus rosados más clásicos y en sus Blanc de Noirs (Champagnes elaborados únicamente con las dos variedades tintas anteriormente citadas).
Reciente cata de diferentes añadas de Champagnes Krug celebrada en París
Otra de las regiones europeas más afamadas por el cultivo de esta variedad es Alemania, principalmente las regiones sureñas de Pfalz (Palatinado) y Baden, lugares donde el frío permite que la Pinot Noir presente unos taninos muy ligeros debido a su corta maduración (Spätburgunder, Blauburgunder o Blauer Burgunder, son algunos de los nombres que recibe).
Menos importantes en cuanto a tradición, pero donde también está presente la Pinot Noir es en Austria (allí se la conoce como Blauburgunder o Blauer Spätburgunder y está empezando a sobresalir en regiones como Burgenland, donde se somete a largas crianzas y destaca por su concentración). Testimoniales son los viñedos más al Este del continente, en Serbia y Croacia, donde es conocida como Crni, viñedos de Rumanía, Hungría, Eslovaquia o Bulgaria. Sin embargo, y aunque sea un pequeñísimo productor, hay que destacar cómo en Suiza se une a la variedad Gamay para producir vinos ligeros, con gran predominio de aromas de fresas y de contrastada calidad.
Fco. Teixidó
Dr. Enólogo de WineFocus / www.winefocus.es
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