La interacción entre el consumo de café, el rendimiento físico y mental, y la salud en general han sido estudiados desde la antigüedad. El café es sin duda una de las bebidas de más alto consumo en todo el mundo y nuestra frágil economía se ha beneficiado de ello en muchas ocasiones.
Para muchos, el trabajo, los negocios o la vida social serían difíciles de imaginar sin una taza de buen café. Por otro lado, la frecuente especulación basada en anécdotas u opiniones personales ha popularizado creencias y mitos que tienen poco o ningún soporte científico. Aun para algunos profesionales de la salud, el conocimiento y las recomendaciones sobre el consumo de café o sus componentes proviene de fuentes poco confiables.
Las razones para tanta confusión son comunes a otros hábitos. Lo más frecuente es una comprensión incompleta de las múltiples causas o factores que interactúan o favorecen la aparición de un síntoma o una enfermedad.
Veamos algunas asociaciones comunes: el café causa diabetes. No sólo no existe ningún estudio que lo demuestre, sino que se ha documentado recientemente, en grandes y rigurosos estudios, que los individuos que consumen más café tienen menor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2.
¿Por qué la malinterpretación? Muchos individuos acompañan el café con un delicioso y mortal cigarrillo, que duplica el riesgo de diabetes y docenas de enfermedades. O al menos con una buena porción de pastelería rica en grasas y harinas que se asocian con sobrepeso y obesidad, los principales factores de riesgo para la diabetes. El café sin cigarrillo y con un peso normal puede protegernos de esta enfermedad.
Tampoco se ha podido demostrar un efecto negativo del café sobre la presión arterial. Más aún, las personas que consumen más café padecen menos de “stroke” o accidentes cerebrovasculares, el desenlace más temido para un paciente hipertenso.
En cuanto a las arritmias cardíacas y los síntomas digestivos, hay todo un esfuerzo de la investigación por aclarar las cosas. Hasta el momento no hay evidencia científica clara que permita concluir efectos nocivos del café en estos temas. La sensibilidad de cada persona a los efectos biológicos de la cafeína y los numerosos antioxidantes y sustancias activas contenidas en una tasa de café deben ser consideradas a la hora de dar una recomendación médica.
Por último, vale la pena resaltar los efectos favorables del café sobre el rendimiento físico y mental. La estimulación del sistema nervioso provoca mejores niveles de atención, concentración y velocidad de reacción que pueden ser críticos para un conductor, un operario, un ejecutivo o para un deportista competitivo.
John Duperly ** MD PhD. Especialista en medicina interna y doctorado en medicina del deporte. @johnduperly
Fuente: elespectador.com
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