El Gourmet Urbano: De la pantalla a la mesa: cómo son las nuevas impresoras 3D de alimentos por Aníbal Mendoza

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viernes, 9 de mayo de 2014

De la pantalla a la mesa: cómo son las nuevas impresoras 3D de alimentos por Aníbal Mendoza

La última innovación tecnológica en gastronomía son las máquinas que materializan diseños comestibles: chocolates, figuras en azúcar y hasta hamburguesas pueden crearse en una computadora y consumirse pocos minutos después.

 

Hace tiempo que aceptamos a la nueva generación de cocineros alquimistas y sus recetas de emulsiones moleculares. Nos dimos cuenta: de la mano de la ciencia y la creatividad, el futuro alcanzó a la gastronomía. Pero esa urgencia evolutiva no se terminó en Ferran Adrià y sus secuaces. La antorcha del progreso mantiene el pulso y el mundo culinario da cuenta de ese mandato con nuevas invenciones: este año llegarán al mercado las primeras impresoras 3D de comida que, conectadas a una computadora y mediante un software especializado, permiten elaborar desde un bocadito hasta un plato de comida con solo apretar Enter.

 

 

La chocreator cuesta 5800 dólares.

 


En 2007, un grupo de investigadores de la Universidad Cornell (Estados Unidos) dio el primer paso: crearon Fab@Home Printer, un chiche de 2.700 dólares capaz de imprimir lo que se le antoje al usuario, siempre que la materia prima logre pasar a través de su jeringa. Desde siliconas y plásticos hasta gelatinas. Su slogan es “Make Anything!” (Haz lo que sea!) y, en términos estrictamente culinarios, la máquina crea panqueques o sopas de un volumen de hasta 20 centímetros cúbicos.


Las máquinas que materializan diseños comestibles ya están aquí.

 

Cinco años después, la empresa inglesa Choc Edge presentó una impresora para todos los que sueñan con emular a Willy Wonka: su lema es “Creating your chocolate style “ (Creando tu estilo de chocolate) y en su sitio web promociona la Choc Creator 1 por 5.800 dólares. La envían a todo el mundo y está destinada tanto al consumidor como al empresario chocolatero. Incluye dos cabezales de impresión y puede imprimir delgadas líneas de 0.5 a 1.5mm de ancho con precisión de bisturí. Se coloca el chocolate líquido en la jeringa y estampa diseños de avanzada en tortas, galletas, chocolates y otros dulces.

ARTE DE AZÚCAR


Pero la verdadera reina del mambo es la empresa norteamericana 3D Systems, que en septiembre de 2013 adquirió la firma The Sugar Lab, dedicada a imprimir esculturas de azúcar de varias formas y colores, y le sumó la tecnología de Color Jet Printing para crear formas tridimensionales y utilizar sustancias aglutinantes con diferentes sabores. A base de azúcar y agua, el aparato puede concebir terminaciones llamativas y complejas, con detalles que ningún pastelero lombardo podría alcanzar por sí mismo.

 

En el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas, uno de los eventos tecnológicos más prestigiosos del mundo realizado a comienzos de este año, la empresa presentó los modelos Chefjet y Chefjet Pro. La primera impresora, del tamaño de un microondas, cuesta 5.000 dólares y está dirigida a panaderos y afines. La segunda, del tamaño de una heladera bajo mesada y a 10.000 dólares, puede crear piezas con imágenes de calidad fotográfica. Está destinada a la hotelería en general y a los profesionales de la restauración.
Liz von Hasseln, del equipo de diseño y marketing de 3D Systems, explica que la máquina utiliza un cabezal de impresión de chorro de tinta que es similar al de las impresoras 2D de escritorio. “Propaga una capa muy fina de azúcar que se cristaliza y se endurece para formar figuras geométricas complejas”. Al cierre de esta edición, la empresa es responsable de las máquinas más avanzadas jamás creadas. Y sigue creciendo: recientemente se unió a la multinacional chocolatera Hershey’s, la más grande de América del Norte y una de las principales del mundo, para desarrollar nuevos productos de chocolate.

 

Figuras complejas en azúcar, lo último de 3D Systems.

 

MAGIA DOMÉSTICA


Más cercana a las posibilidades del consumidor medio es la Foodini: la alternativa diseñada por Natural Machines, una startup española con sede en Barcelona. Pensada para ser utilizada todos los días, es un poco más grande que un microondas y no hace falta ser ingeniero para manipularla: va conectada a una página web en la que se puede buscar la receta deseada y voilà. La Foodini se ocupa del resto. Amasa, mezcla, rellena y decora por medio de cápsulas que reciben los ingredientes. Prepara snacks caseros tales como pretzels, palitos de queso y cookies. También imprime hamburguesas, quiches, nuggets e incluso fish and chips de diseño.  

 

En diálogo con JOY,  Lynette Kucsma, cofundadora de Natural Machines, declaró buscar una comunión entre frescura y sofisticación: “La idea es que la gente coma menos alimentos procesados. Foodini se hace cargo de las dificultades de la elaboración y el tiempo de preparación de una comida casera. “Y hace que cocinar sea divertido”. Un juguete que a mediados de este año se podrá adquirir por unos 1.300 dólares.

 

Impresora Foudini una creación española.

Fuente: Planeta Joy

 

 

 

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