1. Elige el café fresco, de grano entero y bien tostado, que es el que mantiene mejor sabor, olor y propiedades nutricionales. Debes saber que una taza de café instantáneo contiene 40 mg; una de café filtrado, de 30 a 40 mg; y una taza de expreso, entre 200 y 250 mg de cafeína.
2. Puedes tomar una taza de café antes de hacer ejercicios porque aumenta el metabolismo, pero nunca después ya que interfiere con el mecanismo de construcción muscular.
3. Menos calorías. Evita echarle mucha azúcar, puedes endulzarlo con Stevia natural. Si le agregas leche, que sea descremada o semidescremada y ten en cuenta que en este caso no puedes contar con la leche como fuente de calcio ya que la cafeína evita su absorción.
4. Consúmelo moderadamente para regular tus ciclos de sueño. Si tienes que trabajar, no tomes café para el momento de “creación de ideas”, sino para la ejecución de éstas. A los cinco minutos de haber bebido café, la cafeína comenzará a hacer efecto.
5. Toma como máximo cuatro tazas diarias de café por día. La cafeína en exceso puede ser dañina, sin embargo contiene una mezcla natural de antioxidantes polifenoles, bioflavonoides, vitaminas y minerales que minimizan el efecto negativo de ésta.
6. Evita el consumo de café si sufres de gastritis, úlceras, hipertensión o taquicardia. Durante el embarazo no se recomienda beberlo, pero se puede permitir hasta una taza de café al día. Según la Asociación Americana de Pediatría, beber una taza no afecta el peso del niño al nacer ni aumenta la probabilidad de que sea hiperactivo.
Fuente: lapajapareja.com
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