No Hagas Dieta y Pierde Peso VI: El peso de los 7 malos hábitos alimentarios (Pecados)

Siempre hablamos de hacer dieta, de estar a dieta de que vamos a comenzar una dieta, pero, ¿por qué no hablamos de comenzar a cambiar nuestros malos hábitos alimentarios? o mejor aún, de corregir esos hábitos alimentarios inadecuados.

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Pues la respuesta es sencilla ¡No los Conocemos! No conocemos realmente cómo son nuestros hábitos alimentarios ni como están influyendo de manera asidua sobre nuestro estilo de vida.

Cada día de cada semana, miles de personas se someten a regímenes alimentarios riguroso que les impiden comer bien, sano, sabroso y sobre todo de manera bien equilibrada, porque desconocen que “dieta” significa “lo que comemos diariamente”, sin darse cuenta que todo lo que se comieron el día antes de iniciar su “dieta” era su dieta. La cuestión está en preguntarse si ese plan de alimentación o dieta era equilibrado o no.

Es por esto que fracasan tantas personas a la hora de iniciar un régimen alimentario diferente: se eliminan muchos alimentos que son parte de su hábito, sin detenerse a observar cómo va a influir este desajuste sobre sus comidas diarias y en su estado de ánimo.

Los hábitos de las personas con obesidad o sobrepeso, están muy lejos de tener un buen equilibrio en cuanto a nutrición se refieren, pues la mayoría, tiene inapropiadas tendencias a la hora de alimentarse.

Por eso es que debemos comenzar por conocer o reconocer qué hábitos alimentarios nos están perjudicando para así iniciar un plan de corrección que nos permita hacer los cambios graduales pero constantes.

He aquí 7 hábitos alimentarios perniciosos que se deben cambiar:

• Comer hasta quedar sin aliento para respirar: el primero y de más valor para mí como nutricionista es este mal hábito, lamentablemente muchas personas tienen problemas para controlar su peso debido a esta situación, comen y comen y comen hasta quedar tan exageradamente llenos que no pueden ni respirar y les cuesta además levantarse de la mesa. Recomendación servirse un plato moderado y no repetir además comer lentamente.
• Comerse lo que dejan los demás: este es otro gran problema pues, muchas personas obesas no reconocen que les encanta o tienen la costumbre de comerse lo que otros no quieren o dejan, ejemplo de ello son las mamás que se comen lo que dejan sus bebés. Recomendación: No tomar nada de lo que otros hayan dejado en sus platos.
• Pedir para probar: todo el tiempo veo a las personas que tienen sobrepeso u obesidad pedirle a los amigos o compañeros de trabajo o familiares “un poquito para probar”. Esa, además de una mala costumbre social, es un mal hábito alimentario. Eso no es probar ¡es gula!. Recomendación, reconocer que no se desea probar nada.
• Tomar refrescos en lugar de agua: estudios científicos han demostrado que los obesos toman grandes cantidades de refrescos. Esta costumbre es altamente perjudicial ya que además de aportar lo que se llama calorías vacías también producen efectos perjudiciales sobre el metabolismo del calcio (necesario para los huesos). Toman refresco en lugar de agua porque “el agua no tiene sabor” y ¿quién dice que el agua no tiene sabor? Sí tiene, lo que pasa es que tiene un sabor neutro y los refrescos son dulces (azúcar). Recomendación: tomar agua saborizada naturalmente (limón, Jamaica, jengibre etc)
• Comer por antojo o ansiedad: nada peor que estar con la picadera entre comidas: sí, la picadera, porque no se trata de que coman meriendas saludables, sino del hecho de estar comiendo dulces a toda hora, sin control de lo que seleccionan ni de las porciones que eligen. Recomendación: planificar meriendas saludables.
• No desayunar y no hacer meriendas: lamentablemente muchas personas no hacen un buen desayuno y por consiguiente a la hora del almuerzo se comen las calorías correspondientes al desayuno más las del almuerzo, trayendo como consecuencia que estén en letargo durante largo tiempo, por lo cual no se mueven a causa de la llamada pesadez. Recomendación: hacer 3 comidas principales y 2-3 meriendas saludables.
• Comer por compromiso o pena: muchas personas obesas dan esta excusa, “me da pena decir que no” y son capaces de comer dos y tres veces una cena, claro, en distintos lugares con distintas personas. Ejemplo de ello son los niños y adultos que visitan familiares que los invitan a comer y luego llegan a su casa a cenar. Recomendación: aprenda a decir que NO, si ya comió, no vuelva a comer.

Para finalizar les digo, comiencen por hacer conciencia de todos esos malos hábitos para que así puedan iniciar el cambio y corregir lo que no está bien.

No hagas dieta y pierde peso ¡Aprende a Comer!

Lic. Janet Rodríguez
Nutricionista Clínico
Especialista en Nutrición Clínica en Endocrinología y Metabolismo

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