¿Qué significa el puntaje de un vino?

Todo. Que un vino esté bien puntuado en un medio especializado ayuda a ciertas bodegas a concretar ventas millonarias y a conquistar mercados inimaginados. Al consumidor le da una guía de cuáles pueden ser los mejores. En este fascinante mundo, el buen o el mal puntaje pueden marcar la gloria o la muerte de una etiqueta.

El sello de la puntuación

En 1976, nacía una revista de las denominadas “lifestyle” en California y San Diego (EEUU), Wine Spectator. La publicación edita un dossier de los mejores vinos. Un panel de expertos cata y puntúa a los mejores con una calificación del 0 al 100.

En 1978 apareció un ignoto abogado de Baltimore (EEUU), Robert M. Parker (Jr.), con una novedosa prosa para comentar vinos y terminó de popularizar la puntuación en la escala del 0 al 100. Su revista Wine Advocate pronto llamó la atención y se convirtió rápidamente en el hombre de mayor influencia sobre el vino, mejor dicho sobre el comercio del vino. Tanto es así que algunos dicen que tiene asegurada su nariz y paladar por más de un millón de dólares.

Pero, cómo es este sistema que desvela a productores, enólogos, bodegueros comerciantes y consumidores.

El mecanismo funciona más o menos así: la bodega o el comercializador del vino deben asegurarse de que Parker u otro crítico de renombre lo cate. Al hacerlo hay una planilla en la cual discriminan los atributos del vino: color, aroma, gusto y sabor, además de una apreciación general de armonía. A cada uno de esos atributos le asignan un valor tope que, sumados, dan el puntaje final.

Tener de 90 puntos Parker para arriba es un pasaporte que habilita a entrar en un exclusivo universo donde todo se hace más fácil, principalmente en los mercados. Las bodegas venden mucho más ya que los importadores deciden apostar por esa etiqueta bien puntuada porque los consumidores exigentes las eligen. Esta cadena de mercadeo genera millones, en la que a los críticos ¿le es ajena?.

Es posible llegar a los 100 puntos

Muy pocas etiquetas han llegado al salón de la fama. En su mayoría franceses. No hay ningún vino argentino aún. Pero de lo que si podemos presumir es de un enólogo argentino, Marcelo Pelleriti, que si logró el puntaje perfecto con su Chateau La Violette 2010, Pomerol, de Catherine Pere Verge (Francia) junto a Michel Rolland, un eximio enólogo francés.

Pero la perfección en materia de vinos no escapa de la subjetividad. Quién dice que un vino es absolutamente perfecto. Si bien, como ya dijimos, el buen puntaje lo catapulta al éxito, no implica que ese vino tenga que ser el mejor para mí. Más que la perfección debemos buscar el vino que a nosotros nos quede bien.

Les dejo una etiqueta de 98 puntos por si quieren hacer la prueba: Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2011, Bodega Aleanna.

Salú!

Christian M. Carrizo

Fuente: La Gaceta - Argentina