Para todo aquel que no haya escuchado nunca esta palabra, un cronut es un cruasán con forma de donut. Aunque tampoco es exactamente así. Podría decirse que se trata de un híbrido de pastelería que combina la masa de cruasán con la de donut y su elaboración es una mezcla de ambas preparaciones.
Este híbrido lo inventó en el año 2013 el pastelero francés Dominique Ansel, quien lo comenzó a popularizar a través de la pastelería que tiene ubicada en pleno Soho neoyorkino.
En esta ocasión ha sido la pastelería londinense Dum Dum Donutterie la encargada de elaborar este suculento manjar. Cada uno de estos cronuts se venden por 1.500 libras, es decir, algo menos de 1.800 euros.
Obviamente, para que estos manjares pasteleros alcancen estos precios tan desorbitados es importante prestar atención a su elaboración y las imponentes materias primas que se han usado para ello. Estos deliciosos cronuts se elaboran con pasta de cruasán con una infusión de azafrán, caviar, champán, lascas de oro, vainilla de Tahití y un extraño chocolate muy caro. Por todo esto, disfrutar de una de estas delicias requiere desembolsar tal suma económica.
María Sempere
Fuente: El Economista
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