Luis Franquelo Carrasco creó la marca en 1928 y la inauguración de la fábrica que estaba en el Perchel se hizo el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de la Victoria
La Cerveza Victoria forma parte de la historia de la Málaga del siglo XX. Pocas bebidas han logrado una identificación tan estrecha con la ciudad. El lema publicitario elegido -'Malagueña y exquisita'- caló hondamente entre la población. En los años sesenta, la Cerveza Victoria llegó al techo de su apogeo. Era el momento del despegue turístico de la Costa del Sol. Tiendas, bares, y restaurantes malagueños ofrecían a sus clientes la Victoria como primera opción cervecera. Era una forma de hacer patria chica.
Un personaje muy popular
Luis Franquelo, en un viaje realizado a Alemania, tuvo una idea que permitiría a la marca Victoria ser fácilmente reconocible en todas partes. Como reclamo para anunciar la bebida se creó un cartel que se hizo muy popular. El protagonista es un hombre gordo que con un pañuelo en la mano derecha se enjuga el sudor de su calva, mientras con la izquierda sostiene un sombrero jipijapa. Reflejaría el arquetipo de un turista alemán. El cartel se completa con un vaso de espumosa cerveza rubia, un azulado mar, surcado por un velero. y una palmera. No falta, claro está, el lema que sería santo y seña de esta marca: 'Cerveza Victoria, malagueña y exquisita'.
Coincidiendo con su periodo de mayor expansión, a finales de los años sesenta, la fábrica se trasladó del Perchel al polígono industrial del Guadalhorce, donde además de la Victoria se producía la Skol. Ambas marcas estaban muy implantadas en la ciudad, sobre todo la primera.
En 1985, la empresa Franquelo puso en marcha un plan de expansión con la ampliación del mercado, mejoras tecnológicas y nuevas marcas. En 1996 cerró su factoría en Málaga. Ayer, se puso la primera piedra de la que será su nueva factoría.
ÁNGEL ESCALERA
Fuente: Diario Sur
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