El consumo de cafeína por las mañanas como un químico que nos ayuda a despertar, ¿genera adicción?
Es imposible negar que la mayoría de las personas están acostumbradas al consumo de cafeína como una poderosa herramienta para arrancar el día cargado de energía. Por lo general, la obtienen directamente del café o del té.
Este tipo de rutina matutina, a pesar de estar normalizado en todo el mundo, podría parecer como una adicción. ¿Podemos ser adictos al café, té u otras bebidas con cafeína?
Foto: Reuters
Este tipo de rutina matutina, a pesar de estar normalizado en todo el mundo, podría parecer como una adicción. ¿Podemos ser adictos al café, té u otras bebidas con cafeína?
La droga más aceptada en el planeta
En el 2015 Nestlé México calculó que, en promedio, cada mexicano consume alrededor de 215 tazas de café al año, y proyectaron que para el 2025 habrá un incremento del 39% en el consumo, por lo que se cada persona consumirá 300 tazas anuales.
Aunque no se puede hablar precisamente de una adicción, la cafeína es definitivamente una droga psicoactiva. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la cafeína es una sustancia amarga que se encuentra en el café, el té, bebidas gaseosas, chocolate, nueces de cola y ciertas medicinas. Tiene muchos efectos en el metabolismo del cuerpo, incluyendo la estimulación del sistema nervioso central. Algunas personas son más sensibles a los efectos de la cafeína que otras, pero para la mayoría de las personas, la cantidad de cafeína, entre dos y cuatro tazas de café diarias, no es dañina.
Según la web dedicada a difundir artículos de ciencia, scieceabc.com, tras ingerirla a través de cualquier producto que la incluya, la cafeína entra en el estómago y se absorbe en el torrente sanguíneo. La cafeína es una molécula interesante porque es soluble en agua y grasa por lo que puede llegar a nuestro cerebro mientras que también puede viajar a través de nuestras venas, sangre y membranas celulares. Aquí es donde comienza la naturaleza adictiva de la cafeína.
La cafeína se parece mucho a otra molécula que está presente en nuestro cerebro, llamada adenosina, aunque tienen funciones diferentes. La adenosina encaja en su receptor apropiado y crea una sensación de cansancio en el cuerpo. La cafeína es tan estructuralmente similar a la adenosina que puede deslizarse en los receptores cerebrales, bloqueando eficazmente la adenosina de la fijación. Mientras se metaboliza en el cuerpo y desaparezca, se experimentará un sentido de alerta y enfoque adicional, según scienceabc.com.
El cuerpo está lleno de estimulantes naturales, pero pueden ser difíciles de involucrar y controlar conscientemente, sin embargo, cuando los receptores de adenosina están bloqueados por las moléculas de cafeína, la dopamina (hormona de placer y estimulación) funciona eficazmente, dándonos una sacudida extra de energía. En segundo lugar, con tanto exceso de adenosina en el torrente sanguíneo, no adherirse a sus receptores, el cuerpo es engañado en pensar que debe haber un exceso de cansancio, por lo que libera la adrenalina, un nuevo impulso a nuestros niveles de energía.
Esta combinación de múltiples estimulantes en el cuerpo es la que se busca empíricamente por los consumidores de cafeína para obtener un impulso enérgico por unas pocas horas.
El problema del uso constante de cafeína
Si se toman pequeñas dosis diarias de cafeína, los efectos en nuestro cuerpo en el largo plazo tras la eliminación de la sustancia del cuerpo son raramente perceptibles y la mayoría de las personas experimentan un relajamiento gradual y sin efectos secundarios importantes, según scienceabc.com.
Por otro lado una persona que consuma una dosis mayor y de repente decide cortar la cafeína de su vida, comenzará a percibir en menos de un día los síntomas de abstinencia. Según scienceabc.com, una persona que corta el consumo de cafeína se sentirá mentalmente confundido, menos alerta de lo que le gustaría estar, podría padecer un poco de dolor muscular y dolor de cabeza, probablemente la parte más molesta de dejar de consumir cafeína. Algunas personas también experimentan náuseas y problemas estomacales.
Esta reacción se produce por la química del cerebro cambia después de la exposición prolongada a la cafeína. Como sucede con otras drogas, el cuerpo se acostumbra a tener este producto químico presente. En el caso de la cafeína, el cuerpo desarrollará más receptores de adenosina, lo que implica tomar cantidades cada vez mayores de cafeína para bloquear dichos receptores efectivamente al final crear de nuevo ese impulso energético en el cuerpo, según scienceabc.com.
Como pasa con el consumo de otras drogas, se busca constantemente el "alto" conseguido después de la primera ingesta.
A nuestro cuerpo le gustan los hábitos y los cambios graduales, por lo si se elimina la cafeína repentinamente, el caos reinará, ya que hay demasiados receptores de adenosina y muy pocos receptores de norepinefrina. Una reversión de la química del cuerpo se produce, volviendo al equilibrio normal de los receptores dos semanas después de eliminar la cafeína, según scienceabc.com.
Aunque parezca que la adicción a la cafeína es real y claramente perceptible es una exageración, las consecuencias del alto consumo de este químico son reales. Dada la dependencia de ese aumento de energía que miles de millones de personas experimenta diariamente en todo el mundo, el consumo generalizado de té y café será, probablemente, parte de la sociedad durante muchos años por venir.
Sólo nos queda recordar que el café es altamente ácido y los cambios químicos en el cerebro son peligrosos, así que como en casi todo lo que se consume, la ingesta de cafeína debe ser moderada.
Con información de scienceabc.com
RUY ALONSO REBOLLEDO
Fuente: El Economista
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