Uno de los aspectos que más impacto genera en su calidad, es el tiempo transcurrido desde que el grano tostado es triturado. Cuanto más pase, mayor será su deterioro, y por tanto peor será su calidad.
Cuando el grano es morturado, la cantidad de café puro expuesto al oxígeno es mayor, y esto afectará negativamente a su aroma y sabor.
Otro de los aspectos más relevantes, es la finura del polvo resultante. Cuanto más fino sea, más áspero y amargo será su sabor. De lo contrario, las partículas gruesas darán por resultado una infusión acuosa y con poco gusto.
- Molinado: Se consigue mediante unas máquinas que utilizan varias cuchillas, que dejarán el grano muy fino y homogéneo. Es muy común en los bares, y es la que suele producir ese sonido tan fuerte y característico de cualquier cafetería.
- Licuado: Es la versión casera de la anterior. Se utilizará una licuadora para moler el grano. El problema de este es que no lo deja tan regular ni tan fino como el anterior.
- Machacado: Esta es la forma tradicional de hacerlo. Aunque es un poco cansado, y se tarda en hacerlo, sus resultados son muy buenos ya que deja una molienda sin partículas excesivamente grandes y bastante homogénea. Es el método usado para preparar el café turco.
Fuente: Mundo del Café
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