Vuelve ORO. Vuelve el sabor de Bilbao. La icónica marca de la Cervecera del Norte regresa a la vida con la misma receta de 2001, el año de su desaparición, y la esencia de cómo se hacían las cervezas en los años 30 del siglo pasado. ORO, ligada a la historia de la villa y de Basurto con la inolvidable fábrica art-decó junto al parque de Iparralde, está otra vez a la venta convencida de volver a ser «la cerveza de los bilbaínos».
Y es que los bilbaínos fueron pioneros en esto de la cebada malteada. «Bilbao, por la cercanía de Inglaterra y el continúo ir y venir de barcos, es muy probable que fuera de los primeros lugares en llegar la cerveza», explica el maestro cervecero Carlos Cervantes. «Igual que llegó el fútbol, la cerveza llegaría en sus barcos. Alguno la probaría, la llevaría a la zona de tabernas del puerto y gustó».
El resto de la historia ya la conocemos. Aunque no está de más refrescarla. En 1912 un grupo de emprendedores bilbaínos creó La Cervecera del Norte, una amplia planta ubicada en Basurto que contaba con maquinaria capaz de embotellar 250.000 botellas diarias. Esta empresa convirtió ORO en icono de Bilbao. Aquel oro líquido de gran sabor y cuidada elaboración. Tenía la chispa que gusta en la villa.
De hecho, ORO estuvo unida durante muchos años a la historia económica, social, cultural y deportiva de Bilbao: otorgó un frontón a la villa situado en los jardines de su fábrica, servía a domicilio en navidades, patrocinaba a deportistas y hasta pruebas ciclistas internacionales, durante las inundaciones del 83 repartió un cargamento de cerveza entre los voluntarios que limpiaban las calles… «Un compañero suele decir que si somos grandes es gracias a que generaciones y generaciones nos han apoyado», apunta Cervantes. «Las cerveceras conectaban con el pueblo y, como les iba bien, una parte de su beneficio se revertía a la sociedad. Si ORO ha tenido el apoyo de varias generaciones, seguro que aún se mantiene esa proximidad. ORO en Bilbao era parte de este pueblo y mucha gente trabajaba entorno a ella»., cuenta.
104 años después, cuando lo propio y lo local vuelve a ser buscado y valorado, la cerveza ORO regresa a Bilbao. Y lo hace con la receta original que se comercializó en 2001; elaborada como se realizaban las primeras ORO, sin filtrar las levaduras restantes de la fermentación. Lo que la tecnología no permitía a principios del siglo pasado es hoy sinónimo de cerveza con una textura especial y diferente con más notas de sabor, un sabor peculiar, y cuerpo oscuro. Y es tostada. ORO tiene un sabor peculiar y es más oscura al contener malta tostada, pero el hecho de ser tostada no la convierte en una cerveza fuerte. Es fresca, con un toque amargo y cítrico. Su carbónico es ligero y suave y tiene una graduación de 6% vol.
ORO se posiciona como una cerveza de alta calidad, ligeramente amarga y muy agradable, una marca pequeña dentro del mercado de las cervezas vascas pero con la ilusión y el proyecto de ir consiguiendo suficiente volumen para ampliar mercados, de momento, en cuatro formatos: barril de 30 litros, formato de 33 cl y 20 cl, para hostelería, y cesta de 6 botellines de 25 cl para verano. Se distribuirá en el canal Horeca y en hipermercados y supermercados en los próximos meses.
A la cabeza del sector
En 1934, La Cervecera del Norte era ya la séptima cervecera española, con una cuota de mercado del 2,37%. La empresa crecía y la calidad de su cerveza traspasaba fronteras. En 1956 se analizaron 3.563 cervezas de todo el mundo, resultando que las cervezas elaboradas en Basurto eran las que mayor nivel de azúcares tenían. Ocho años después, La Cervecera del Norte comenzó a construir una fábrica en Valencia, todo un acontecimiento en la época que se grabó en un documental cinematográfico, en el que se muestra la colocación de la primera piedra del edificio, con camiones repartiendo la cerveza ORO y con avionetas que publicitaban en sus alas esta marca de cerveza bilbaína.
La historia empresarial de Cervecera del Norte sufrió diversos avatares, algunos propios de la propia historia, como los duros años vividos en la Guerra Civil, y otros, comunes a la economía de mercado. Pese a todo, la renovación y modernización de la fábrica de Basurto que le colocó en 1954 a la cabeza de las industrias cerveceras españolas, el capital social de 100 millones de pesetas de la empresa en 1961 o la flota de 200 camiones de abastecimiento de cerveza con los que contaba en 1968 son algunos datos que muestran el poderío de esta empresa bilbaína y de sus productos, con ORO a la cabeza.
Referente del Bilbao industrial
La Cervecera del Norte fue todo un referente del Bilbao industrial de principios del siglo XX. Una empresa creada con un capital inicial de 300.000 pesetas por un grupo de audaces emprendedores de Bilbao y de la zona del Duranguesado, que querían elaborar una cerveza propia y de calidad. Con Baltasar de Amézola y Aspizúa como primer presidente, la empresa mantuvo desde sus inicios una estrecha relación con la vida social, deportiva y cultural de Bilbao.
Junto a la fábrica se creó un jardín cervecero donde la población bilbaína de principios del siglo pasado degustaba cerveza al aire libre, servida tanto en jarras como en barriles. El arquitecto José María de Basterra proyectó el complejo fabril, de estilo modernista y con detalles art-decó, que ocupaba una superficie de 300.000 pies, incluyendo un despacho de venta al público, almacenes y zonas de producción con maquinaria y personal capaces de elaborar 12.000 hectolitros anuales.
Siempre ligada a Bilbao y sus gentes, la empresa convocó un concurso entre los artistas amateur de la villa para diseñar bocetos de las etiquetas de las botellas de cerveza, que incluía tres premios de 300, 150 y 50 pesetas, respectivamente. «ORO, la cerveza que se agota hasta la última gota», «No hay más cerveza que una y esta es la de BILBAO», «Presuma Vd. también de entendido saboreando ORO, la cerveza de ley» o «Un torrente de exquisita cerveza y regocijo refrescante» fueron algunos de los slogans publicitarios con los que la marca triunfó.
Degustaciones gratuitas
Otras estrategias de marketing fueron los premios escondidos en los tapones de las cervezas que incluían premios de hasta 5000 pesetas en 1976. ORO era la cerveza estrella de una empresa, muy ligada a la historia y a la vida cotidiana de los bilbaínos. Prueba de ello son las degustaciones gratuitas de su cerveza que organizó la empresa en 1969 en el cine Gran Vía o en 1983 en el colegio de los Jesuitas de Bilbao, donde repartió ORO para calmar la sed de los habitantes de la capital y mitigar los efectos de la ola de calor.
La cerveza se publicitaba y vendía en el antiguo campo de San Mamés, otorgaba premios por votación popular como el que recibió Txetxu Rojo en 1973, patrocinaba la Vuelta Ciclista a España y organizaba tertulias radiofónicas sobre el Athletic, consiguiendo estar presente en la vida diaria de muchos bilbaínos con iniciativas también como la venta de cerveza a domicilio que inició en 1956. Esta cerveza elaborada en Basurto también triunfó en el mundo, consiguiendo premios como el primer premio de excelencia de categoría superior en el Congreso Internacional de Industrias de Fermentación celebrado en 1958 en la ciudad belga de Gante.
En 1993, cerró La Cervecera del Norte y dos años después se demolió la fábrica, desapareciendo así la última planta cervecera bilbaína y el último edificio industrial de este sector. Pero la historia no se acaba aquí. ORO vuelve a resurgir y volverá con su mismo sabor de siempre al siglo XXI, dando la oportunidad a muchos bilbaínos a volver a degustar este oro líquido y a otros muchos a descubrirlo.
Fuente: El Correo
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