Lo que sí que nos gusta es que el sabor de lúpulo y su final seco, ayuda a limpiar el paladar en comidas muy grasas, como las rebozadas o fritas(un ejemplo perfecto para maridaje, y además también relacionado con su origen, pero en el extremo inglés, sería el archiconocido fish and chips). Pero además, equilibra bien sabores como las carnes a la plancha o la parrilla, que produce reacciones de Maillard que pueden “recordar a las maltas”, por lo que hacen un buen contrapeso. Perfecto con salsa barbacoa.
Pero recuerda una de las normas generales: sabores fuertes combinan con sabores fuertes. Si la IPA que quieres maridar tiene muchos IBUs o una fuerte carga de lúpulo, más te vale que el plato acompañe en intensidad, si no se lo va a “comer”… ¡Y el que tiene que comer eres tú!
Pero seguro que tú tienes un maridaje “fetiche” con las IPA. ¿Nos lo cuentas en los comentarios? ¡Así podremos aprender de los demás Jardineros!
Fuente: El Jardín del Lúpulo
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