Para poder disfrutar del vino que estamos tomando, debemos elegir una combinación que resalte ambas partes. Si una comida es más fuerte que el vino que estamos tomando, éste no cumplirá su cometido de maridaje.
En el caso de platos elaborados con carne, se debe elegir una combinación que haga resaltar lo mejor de la comida. Foto: Internet
En el caso de platos elaborados con carne, se debe elegir una combinación que haga resaltar lo mejor de la comida y realce toda la sutileza que encierra el vino.
Cada tipo de carne tiene su propio sabor característico. Necesitará, pues, tomar en consideración todos estos aspectos elaborados por Vinetur, a la hora de elegir el vino que la acompañe.
Buey
Tanto como si va a servir un sencillo filete, un chuletón, o un elaborado estofado, necesitará un vino graso y robusto que haga resaltar ese sabor a carne tan característico que tiene el buey. Suelen encajar muy bien los vinos que tienen larga crianza.
Ternera
El color de la carne de ternera nos indicará el vino a elegir. Cuanto más blanca sea la carne, más tierna resultará y más delicado tenderá a ser su sabor, por lo que necesitará en consecuencia un vino de mayor ligereza, pero con carácter, especialmente si van acompañados de salsa.
Cerdo
El cerdo se puede cocinar y servir de un sinfín de maneras distintas, por lo que será precisamente el método de cocción el que dictamine el tipo de vino que deba acompañarlo.
Para un cerdo marinado o adobado, hecho a la barbacoa, escoja un vino seco y joven, que complemente bien con las notas que da el carbón.
El cerdo asado al horno exige un vino con mucho cuerpo. Un cerdo servido con una salsa suave o salsa dulce se integrará perfectamente con un vino joven, seco o semiseco.
Salchichas
Un vino maduro, con mucha fruta y corpulencia, harán de él un estupendo acompañamiento para casi todos los tipos de salchichas. También un vino robusto y enérgico encajará para acompañar una buena y sabrosa salchicha.
Jamón y embutidos
El jamón y los embutidos suelen presentar a menudo sabores muy pronunciados, por lo que necesitarán a su lado un vino graso y rotundo. La grasa de los embutidos se aprecia mucho más claramente cuando se sirven fríos, por lo que convendrá elegir en este caso un vino más ácido de lo normal.
Los vinos corpulentos y aromáticos armonizan divinamente con todo tipo de embutidos.
Aves
Como el pollo y el pavo aceptan todos los vinos, blancos, rosados o tintos, no dulces a la hora de preparar con ellos las más variadas salsas: oscuras o claras.
Con salsas agridulces, el tinto es la mejor elección.
Fuente: Vistazo
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