El Gourmet Urbano: Por qué no debes elegir un vino por su precio

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jueves, 25 de octubre de 2018

Por qué no debes elegir un vino por su precio

Seis trucos para saber elegir en la carta de vinos

El sumiller es la figura que clave a la hora de ayudarte a escoger un buen vino con que maridar tu comida o tu cena en un restaurante. Una figura clave en lograr el éxito de la cita gastronómica y que sin embargo, no siempre se aprecia o se tiene en cuenta lo suficiente.

El precio no debe ser un factor determinante en la elección de un vino - © Gtres


¿Cómo sabe acertar con el vino? ¿Cuál es su secreto? ¿Qué pasos sigue para recomendar el más acertado? Custodio Zamarra, sumiller del prestigioso restaurante Zalacaín de Madrid durante más de 40 años, nos da las claves para triunfar a la hora de escoger el mejor vino.

1. Confía en el sumiller


El sumiller Custidio Zamarra - © OIVE

El sumiller, entre sus funciones en hostelería, se encarga de realizar la selección de vinos a ofrecer, realizar la compra de botellas, de su perfecta conservación y, sobre todo, de asesora al cliente en su elección final. Además, es también un experto en maridaje, por lo que va a ser la persona que mejor aconseje sobre qué caldo escoger según la opción de platos seleccionada por el comensal, con el fin de sacar el máximo partido al sabor de los alimentos.

Por tanto, para triunfar es necesario que el cliente deposite toda su confianza en el sumiller. “Una vez el sumiller cuenta con la confianza del comensal, es imposible que este le recomiende mal”, afirma Custodio. Para ello, estos profesionales usan la psicología y son capaces de descubrir ante qué tipo de cliente están simplemente con una conversación.

2. Cuánto queremos gastar


"Es importante que los comensales hablen con el sumiller y le expliquen qué gustos tienen pero, sobre todo, qué franja de precios contemplan. Hay que perder el miedo a decir cuánto estamos dispuestos a gastar en una botella de vino”, explica el sumiller. Obviamente, es importante no olvidar qué características se buscan en el vino.

Además, según Zamarra: “El error más común es pedir el vino basándote en el precio, pensando que los más caros son los mejores vinos porque no siempre es así”. Es necesario buscar un equilibrio calidad-precio sin olvidar que “el mejor vino es el que a uno le gusta”. Durante años de experiencia, Custodio Zamarra afirma haber visto mezclar un vino carísimo con un refresco, a lo que reacciona diciendo: “si el cliente es feliz así, ¡yo no soy nadie para decirle que no lo haga!”

3. Ir de menos a más


Para aquellos que se están introduciendo en el mundo de la enología, Custodio recomienda empezar “de menos a más”. Los vinos suaves, con un ligero toque de crianza o afrutados son idóneos para comenzar a disfrutar del vino, ya que siempre suelen gustar. Una vez el comensal cuenta ya con cierta experiencia, poco a poco se va abriendo a otras sensaciones y puede ir probando vinos con más cuerpo.

Por parte del sumiller, este tiene que alejarse de los tecnicismos ya que el cliente los rechaza. Es necesario presentar el vino con conceptos sencillos con los que hacer entender a la gente que esta bebida no es tan complicada. A su vez, los comensales que no sean expertos, también deben reclamarle esa sencillez a su sumiller.

Cómo coger la copa, la temperatura o el color son factores a tener en cuenta a la hora de degustar un buen caldo - © Gtres

4. Copa, temperatura y color


A la hora de probar el vino, la peana es la parte por la que el comensal tiene que sujetar la copa, nunca por el cáliz donde se deposita el vino. La razón no es otra que evitar que el vino se caliente con nuestra mano. El siguiente paso es darle unas vueltas y, a partir de ahí, oler y probar. Todo este ritual es aconsejable ya que el vino siempre agradece oxigenarse un poco y pararse unos segundos a valorar si es lo que esperábamos pero, tanto la forma de coger la copa, como la decisión de catarlo o pasar directamente a beberlo es siempre del cliente y todas las opciones son correctas.

La temperatura del vino es un aspecto fundamental a tener en cuenta y tiene que notarse en el paladar. El vino tinto también tiene que ser agradable, nunca estar caliente y además debe transmitir una sensación de frescor. Zamarra aconseja que “al pedir vino rosado o blanco se debe reclamar siempre una cubitera, ya que la temperatura idónea se ha de mantener estable durante toda la duración de la comida o cena”.

Además, algunos aspectos que el comensal debe saber acerca del color es que, si al mover el vino en la copa, los bordes tienen tonos violáceos significa que el vino es joven. Si en cambio, dichos tonos son marrones, se trata de uno más viejo.

5. Buscar el equilibrio perfecto


Hay situaciones comunes en las que para toda la comida, solo se va a pedir una única botella de vino. Para triunfar en la elección, según Custodio Zamarra “es necesario buscar un equilibrio. Es decir, mirar qué tipo de comida predomina y basar la elección del vino en eso”.

Por tanto, si la mayoría de platos están compuestos de carne, lo mejor sería pedir un vino tinto y si por el contrario, predomina el pescado, maridar la comida con vino blanco sería la opción idónea.

El asesoramiento profesional será clave para acertar con su elección - © Gtres

6. Usar el sentido común


Por el contrario, si se está dispuesto a pedir varios vinos durante una misma comida, el sumiller recomienda “tomar un vino diferente cada dos platos, sin olvidar buscar una armonía”.

Zamarra, además insta a apelar al sentido común en cuanto al orden de elección de los vinos. Así, “de la misma forma que los platos van de menos a más, con el vino pasa lo mismo. El maridaje funciona a través del sentido común”, afirma Zamarra.

Por tanto, cuando te encuentras ante un maridaje de varios platos, es necesario empezar por los vinos más ligeros y pasar después a aquellos con más cuerpo. Eso se traduce en optar por vinos jóvenes primero, durante el aperitivo, pasar después a los tintos más potentes junto al plato principal y acabar con un moscatel o cualquier otro vino dulce. Concluye diciendo que “siempre hay que acabar con el más complejo” porque para muchos el vino es el mejor postre de una comida.

En el caso en el que el comensal se encuentre en un menú degustación, la recomendación general que se hace es tomar vino por copas y en pocas cantidades.

Finalmente, Custodio Zamarra, como sumiller con más de 40 años de experiencia afirma “mi principal consejo es probar el vino de la zona de España donde estés de visita”, recordando la suerte que tenemos de vivir en uno de los países con más producción vitivinícola del mundo.

La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) nace para impulsar el sector y como instrumento para mejorar el valor de los productos en todos los eslabones de la cadena de valor: producción, transformación, comercialización y distribución.

Fuente: Summium - ABC

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