Analizamos 27 variedades de tus marcas de turrones preferidas para que sepas qué contienen y cuáles son las elecciones más inteligentes
Duro, blando, de chocolate crujiente o con almendras, de yema o nata-nuez, con licor... Llegadas las navidades, estos dulces tan españoles de tradición centenaria y alma árabe adornan la sobremesa de todos los hogares, y las opciones para su disfrute son tan numerosas como distintos nuestros paladares. Sin embargo, ¿tienen todos los turrones el mismo valor nutricional? ¿Cuánto debemos consumir? Para responder a estas preguntas, hemos analizado casi una treintena de turrones, prestándole especial atención a sus ingredientes, así como al contenido en azúcares, grasas y grasas saturadas.
Imagen: yvettebjanssen
Ha sido en el apartado de las grasas saturadas donde observamos el mayor contraste, puesto que los turrones de chocolate, cada vez más preferidos por los consumidores (con un 35 % de las ventas totales), son los que presentan un mayor índice de ácidos grasos. Este es un factor que debemos tener en cuenta por el efecto adverso que estos tienen sobre nuestra salud y en especial respecto a la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Y es que no solo es importante la cantidad de grasas; también la calidad de las mismas.
Cada español consume, de media, 0,8 kilos de turrón al año; una cifra que no sería en absoluto excesiva, si no fuera porque esa ingesta se concentra en un periodo muy reducido de tiempo, es decir, las dos semanas de las vacaciones navideñas. Por eso es recomendable circunscribir su consumo a las fechas de celebraciones señaladas, en vez de tomarlos a diario, y hacerlo con moderación.
La almendra, ingrediente clave
Imagen: nito103
Aunque la gama de turrones que hoy en día podemos encontrar en las tiendas es casi inagotable, durante mucho tiempo se limitó a tan solo dos opciones: el duro y el blando, cuyos ingredientes básicos son la almendra tostada, la miel, el azúcar y la clara de huevo. En mayor o menor medida, enteros, molidos o en forma de pasta, los frutos secos como la almendra o la avellana están presentes en todos los turrones analizados, y son los responsables de sus cualidades más interesantes y beneficiosas. Junto a su contenido en fibra y proteínas aportan más aspectos positivos que otros dulces navideños como polvorones y mantecados, elaborados con manteca de cerdo (en la que predomina la grasa saturada).
En este sentido, los que más ventajas ofrecen son el turrón blando, con un 18 % de proteínas respecto a la ingesta recomendada, y el duro, con un 14,6 %. Ambas cifras contrastan con el 8 % de los turrones de chocolate, el 9,8 % de los de nata-nuez y el 11 % de los de yema tostada. Y no olvidemos su aporte de fibra, vitaminas (A, B y E) y sales minerales (potasio y fósforo).
Calorías por ración
Su consumo, en lo alto de la Pirámide de la Alimentación Saludable basada en la dieta mediterránea, ha de ser ocasional debido a su alto contenido en azúcares libres y, en algunos casos, grasas de mala calidad. En cuanto a su valor calórico, los turrones analizados se mueven entre las 236 calorías por ración de 50 gramos del turrón de yema quemada Vicens y las 299 del praliné de chocolate con almendras Eroski, lo que sitúa su consumo entre el 12 % y el 15 % de la ingesta calórica recomendada para todo un día. Por contra, 50 gramos de piña (equivalentes a una rodaja de 9 por 1,5 centímetros) aportan solo 25 calorías.
Imagen: CONSUMER EROSKI
Azúcar y gluten
Más allá del azúcar, los turrones incluyen otros endulzantes como miel y jarabes de glucosa y fructosa, por lo que para conocer el contenido total de un turrón hemos de examinar la lista de ingredientes o acudir a la tabla nutricional que aparece en los envases.
Por otra parte, ser celiaco no es ya impedimento para disfrutar de este dulce navideño con tranquilidad, pues son numerosas las marcas que confirman la ausencia de gluten en la elaboración de los turrones. Así, todas las variedades de turrón de yema, nata-nuez, duro y blanco analizadas, a excepción de los turrones sin azúcares añadidos El Almendro, pueden consumirse libremente. La mayoría de las tabletas de chocolate, sin embargo, contienen gluten y por tanto no son seguras para este sector de la población.
Fuente: Eroski Consumer
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