Existen tantas variedades como tipos de vinos. ¿Cuáles son los modelos más usuales y sus características para disfrutar mejor cada uno?
Es cierto. En cada casa suele haber, como mucho, dos o tres tipos de copa para el servicio del vino. Las más usuales son las de vino -para tinto o blanco-, las de espumantes, y, tal vez, las de agua.
Sin embargo, existe una copa para cada tipo de etiqueta. Algunos referentes indican hasta más de diez modelos diferentes. Ahora bien, antes de detallar cuáles son los estilos más frecuentes, es conveniente aclarar las características indiscutibles a todas las copas para poder apreciar correctamente un vino con todos los sentidos.
Entonces, en términos generales, una copa para vino tiene que ser preferentemente de cristal liso o vidrio fino -sin labrados ni grabados-, transparente e incoloro. También tiene que ser extremadamente fina y tener un tallo y un pie mínimo que se pueda tomar con los dedos sin tocar el cuerpo o cáliz, donde se alojará el líquido. De esta forma, no se le variará su temperatura.
Existe una norma general: el vino se aprecia en primera instancia con el olfato, la copa debe llenarse como máximo hasta la mitad de la copa (mejor si sólo se llena en una cuarta parte). De esta manera, el vino puede liberar gradualmente su aroma cuando se imprime a la copa un movimiento rotatorio que oxigena el líquido y permite apreciar incluso los perfumes más delicados.
La periodista especializada Ania Smolec, entre tantos referentes que han abordado el tema de las copas para el servicio del vino, distingue los siguientes tipos:
Una copa para el vino espumante o espumoso, que normalmente tiene una forma de flauta. Es alargada y estrecha para retener la carbonatación y capturar el sabor de la bebida. En esta categoría, se puede encontrar cuatro formas diferentes: semi flauta, flauta estrecha, flauta alta y copa.
“Algunos expertos -aclara la periodista- dicen que en realidad no es necesario usar flautas para los espumosos, sino sólo copas para vino blanco. Esto permite sentir más los aromas, aunque las copas flautas están especialmente diseñadas para potenciar las burbujas en el vino y disfrutarlo hasta el máximo.”
Una clásica copa para vino blanco tiene un tazón en forma de letra U y más recto que una de tinto. Esta forma permite mantener una temperatura frescadel vino que es muy importante para apreciar sus cualidades. Los vinos blancos siempre deben estar con la correcta temperatura, bien refrigerados, para mostrar sus aromas y frescura
Por otro lado, los dos más típicos ejemplos de copas para vinos tintos provienen de Burdeos y Borgoña. Una copa de Burdeos es más alta, pero su tazón no es tan grande. Está diseñada para los vinos con más cuerpo, como los cabernet sauvignon y merlot. La altura de esta copa permite que el vino se dirija directamente a la parte posterior de la boca para maximizar su sabor.
En términos generales, una copa de vino tinto es más grande que una de blanco. Esto permite sumergir la nariz en su interior para detectar los aromas, otro paso indiscutido de la degustación.
Los aromas y sabores más complejos de los vinos tintos exigen una copa con un área de superficie más grande para que el vino entre en contacto con más aire.Por otra parte, una copa de Borgoña es para vinos con cuerpo más ligero, como el clásico y elegante pinot noir. No es tan alta como la Burdeos, pero su tazón es mucho mayor, dirigiendo el vino a la punta de la lengua para degustar sus más delicados sabores.
Los vinos dulces, en tanto, son los que se maridan junto a los postres. Aunque hay muchos tipos de vino dulce, existe una regla que no se puede evitar: el vino debe ser más dulce que el postre. Una copa de vino dulce debe ser más pequeña para dirigir el vino a la parte posterior de la boca. Así el dulzor no abruma. Los vinos dulces generalmente tienen un mayor contenido de alcohol, por lo que una pequeña copa es perfecta para degustar una porción más reducida.Las copas ideales para esta bebida son aquellas conocidas como técnicas, que se utilizan generalmente para las catas.
Existe una norma general: el vino se aprecia en primera instancia con el olfato, la copa debe llenarse como máximo hasta la mitad de la copa (mejor si sólo se llena en una cuarta parte). De esta manera, el vino puede liberar gradualmente su aroma cuando se imprime a la copa un movimiento rotatorio que oxigena el líquido y permite apreciar incluso los perfumes más delicados.
Copa, copita, copón
La periodista especializada Ania Smolec, entre tantos referentes que han abordado el tema de las copas para el servicio del vino, distingue los siguientes tipos:
Una copa para el vino espumante o espumoso, que normalmente tiene una forma de flauta. Es alargada y estrecha para retener la carbonatación y capturar el sabor de la bebida. En esta categoría, se puede encontrar cuatro formas diferentes: semi flauta, flauta estrecha, flauta alta y copa.
“Algunos expertos -aclara la periodista- dicen que en realidad no es necesario usar flautas para los espumosos, sino sólo copas para vino blanco. Esto permite sentir más los aromas, aunque las copas flautas están especialmente diseñadas para potenciar las burbujas en el vino y disfrutarlo hasta el máximo.”
Una clásica copa para vino blanco tiene un tazón en forma de letra U y más recto que una de tinto. Esta forma permite mantener una temperatura frescadel vino que es muy importante para apreciar sus cualidades. Los vinos blancos siempre deben estar con la correcta temperatura, bien refrigerados, para mostrar sus aromas y frescura
Por otro lado, los dos más típicos ejemplos de copas para vinos tintos provienen de Burdeos y Borgoña. Una copa de Burdeos es más alta, pero su tazón no es tan grande. Está diseñada para los vinos con más cuerpo, como los cabernet sauvignon y merlot. La altura de esta copa permite que el vino se dirija directamente a la parte posterior de la boca para maximizar su sabor.
En términos generales, una copa de vino tinto es más grande que una de blanco. Esto permite sumergir la nariz en su interior para detectar los aromas, otro paso indiscutido de la degustación.
Los aromas y sabores más complejos de los vinos tintos exigen una copa con un área de superficie más grande para que el vino entre en contacto con más aire.Por otra parte, una copa de Borgoña es para vinos con cuerpo más ligero, como el clásico y elegante pinot noir. No es tan alta como la Burdeos, pero su tazón es mucho mayor, dirigiendo el vino a la punta de la lengua para degustar sus más delicados sabores.
Los vinos dulces, en tanto, son los que se maridan junto a los postres. Aunque hay muchos tipos de vino dulce, existe una regla que no se puede evitar: el vino debe ser más dulce que el postre. Una copa de vino dulce debe ser más pequeña para dirigir el vino a la parte posterior de la boca. Así el dulzor no abruma. Los vinos dulces generalmente tienen un mayor contenido de alcohol, por lo que una pequeña copa es perfecta para degustar una porción más reducida.Las copas ideales para esta bebida son aquellas conocidas como técnicas, que se utilizan generalmente para las catas.
Florencia Da Souza
Fuente: Los Andes
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