La mejor repostería casera para empezar los días en familia con energía y sacar el lado chef que llevas dentro.
Todos somos golosos a la hora del desayuno y es un hecho que la primera comida del día es muy importante. Por eso, hacer repostería en casa para desayunos completos, ricos, naturales y saludables en familia puede ser la mejor opción.
La repostería casera hace los desayunos en casa más divertidos, saludables y ricos.Pixabay
Algo tan tradicional como churros y porras, galletas o magdalenas pueden quedar el doble de sabrosos en casa.
A continuación, os dejamos una receta muy fácil para convertirte en un auténtico repostero en casa y cocinar desayunos dignos de una pastelería:
Galletas de limón y leche condensada
Esta receta tiene nombre de que nunca te lo pedirías en una pastelería porque puede ser una bomba calórica. Pero, la verdad es que elaborado en casa y en familia son más naturales y saludables. Y lo más importante, están muy sabrosas.
Para esta receta necesitas:
- 250 gramos de mantequilla.
- 200 gramos de azúcar.
- 1 bote de leche condensada.
- Zumo y ralladura de limón.
- 2 huevos.20 gramos de levadura.
- Harina al gusto, no más de un kilogramo
Comenzamos derritiendo la mantequilla. Una vez derretida se une al azúcar en un bol y mezclamos añadiendo leche condensada, hasta que todo esté integrado. Después, rallamos la cáscara de limón, evitando la parte blanca, solo la amarilla. A continuación, cortamos ese mismo limón por la mitad, lo exprimimos y añadimos el zumo a la mezcla.
El siguiente paso es batir los huevos y volver a mezclar todo con los nuevos ingredientes en el mismo bol.
Llega la parte complicada y divertida: mezclar la harina con la levadura tamizando poco a poco directamente en el bol, con la ayuda de un colador. Cuando más trabajo cueste remover el batidor es hora de pasar a las manos. En cuanto la masa no se pegue a los dedos ni a la superficie, está lista.
Le damos forma, la alisamos y la envolvemos en papel film. Seguidamente la metemos en la nevera un par de horas para que se endurezca. Pasado ese tiempo, toca estirar la masa en una superficie plana con ayuda de un rodillo y harina. Cuando, más o menos, tenga unos siete milímetros de grosor, estará perfecta para hacer las galletas con las formas que más le gusten a cada miembro de la familia. Las de papá y mamá pueden ser redondas, pero, quién sabe, igual la de los más pequeños tienen forma de estrellas o, incluso, de fresitas, aunque sean de limón.
Por último, hornear y... ¡En tan solo 20 minutos!
Fuente: 20 Minutos
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