En la tierra del Malbec, es raro escuchar hablar sobre Riesling, Ancellotta, Marselan y Gewürztraminer, entre otros. Pero están en el mercado y merecen ser explorados.
La Argentina, tierra de malbec por excelencia, es reconocida en el mundo por hacer grandes vinos. Más allá del Malbec, cepa insignia que nos da fama internacional, el consumidor local está acostumbrado a mirar etiquetas de Cabernet Sauvignon, Syrah, Bonarda, Merlot, Pinot Noir o Cabernet Franc, en tintos. En blancos: Savignon Blanc, Chardonay y Torrontés.
Hay cepas no tradicionales en el mercado local que vale la pena probar.
Sin embargo, hay otras cepas que también se comercializan en el mercado doméstico, en general en partidas más chicas, que vale la pena explorarlas. ¿Cuáles son y qué características tienen?. Consultamos a varios especialistas para develar el interrogante.
Leandro Azin, enólogo de Casarena Bodega y Viñedos:
- Petit Verdot: Si lo sabés trabajar puede ser un vino muy elegante y al mismo tiempo de guarda. A su vez es una cepa que usamos mucho para vinos de corte o blends, es muy versátil. La nariz es muy aromática. Cuando está madura la uva te da notas como a camote asado, tiene una gran complejidad además de los taninos que aporta.
- Gewürztraminer: Es una variedad que es muy difícil que técnicamente dé buenos vinos, es muy lindo trabajarla porque se aprende mucho en lo que refiere a procesos enológicos. Hay que tener mucho cuidado y hay que trabajarla correctamente, si se sabe hacer da vinos blancos muy elegantes.
- Mouvedre y Raboso: Por último para sumar, acá en Argentina estamos acostumbrados a usar varietales y es difícil encontrar algunos que no utilice nadie pero la verdad que la Mouvedre es una uva que me encanta al igual que el Raboso ambas con mucho potencial, se pueden utilizar para vinos de guarda. Son lindas para trabajar y explotar de a poco porque la gente cuando las prueba les sorprende y les gusta.
"Cuando está madura la uva te da notas como a camote asado, tiene una gran complejidad además de los taninos que aporta", considera Azin, sobre el Petit Verdot.
Para el sommelier Mariano Braga, "Argentina tiene una característica genial que no es tan fácil de encontrar en el mundo del vino: la diversidad de sus tierras y climas te da la posibilidad de encontrar un abanico enorme de estilos y, por eso, la exploración con distintas variedades de uva es una tendencia creciente que se ha consolidado fuertemente en estos últimos 5 años". Braga recomienda tres cepas:
- Criollas: Es, en realidad, una familia de variedades autóctonas, de grano muy gordo, lo que termina viéndose reflejado en tintos de color liviano y súper fáciles de beber. Hay distintos estilos de Criolla, pero vale mucho la pena explorar las que llegan de Salta.
- Sangiovese: Hay poquitos en Argentina, es cierto, y la mayoría de ellos son etiquetas nuevas que se han hecho un lugar en la alta gama. Es difícil aún sacarle la ficha y entender cómo se comporta en el país, pero siempre suelen ser tintos ligeros, sumamente perfumados y a los que les sienta de maravillas el paso del tiempo.
- Riesling: Algo similar a lo que ocurre con la Sangiovese, si bien la Riesling es una de las uvas blancas más famosas del mundo, en nuestro país son casi incipientes las etiquetas monovarietales. Con el descubrimiento de nuevas regiones en Patagonia, cada vez más al sur, una recomendación que no puedo dejar de hacerles es la búsqueda de algún Riesling de Chubut, una nueva dimensión de los blancos nacionales, sumamente ácidos y aromáticos.
Verónica Ortego, enóloga de Mythic Cellars:
Cabernet Franc y Petit Verdot: Son vinos amables, con frescura pero sin perder la tipicidad varietal. Son variedades que se utilizan generalmente para cortes o vinos de guarda, y no son tan comunes en el mercado en esta línea de vinos. Ideales para quienes se animan a romper estructuras
Rogelio Rabino, encargado de enología en Bodega Kaiken
Ancellotta: Es una variedad de la zona de Emilia Romana, en Italia. Nosotros la tenemos plantada en Agrelo, Luján de Cuyo, una variedad súper rara y con un gran potencial que a su vez tiene unos buenos rindes, muy buen color, muy buena estructura. Un poco salvaje, hay que dominarla en cuanto a crecimiento. Sirve mucho para para cortes y como varietal sólo es súper interesante.
Marselan: En su genética es un corte natural de Cabernet Sauvignon y Grenache. Es super frutada. Aporta mucha frutosidad a los cortes también tiene buenos rindes y posee un color súper concentrado.
Semillón: La tercera que no es tan no tradicional pero está viviendo un resurgimiento que me gusta mucho es el Semillón, me encanta la paleta aromática que posee dependiendo el punto de cosecha que va desde cítricos, pasando por pera hasta los aromas melosos.
Leandro Ferreyra
Fuente:Ambito
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