Foto: ampely
Se calcula que el mercado ilegal mueve mas de 5,000 millones de euros en todo el mundo. Los vinos que más se falsifican son los franceses de alta gama, ya que por historia y por desconocimiento, muchos de los personajes excéntricos o millonarios compran algo sin saber qué es.
Hay personas que se dedican a “tirar abajo” a los trabajadores vinícolas reales, poniendo otro tipo de vino en las botellas, falsificando etiquetas y adulterando los marbetes y sellos. Este tipo de prácticas, normalmente se dan en las altas esferas, en círculos sociales con alto poder adquisitivo.
Un caso muy sonado, y que también fue llevado a las pantallas de televisión como documental, fue el realizado por un indonesio llamado Rudy Kurniawan, que en 2015 descubrieron su fraude: adulteraba vinos en Estados Unidos.
Algunos casos son muy conocidos, personas que compran productos que según ellos representan parte de la historia, como el caso de un millonario estadounidense, quien demanda a una casa de subastas Christie’s por haberle vendido un Chateau Lafite de 1870, que en realidad era un vino embotellado en 1991.
En otra ocasión, haber comprado unas botellas del mismo vino, del año 1787, que según dicha casa de subastas pertenecían a Tomás Jefferson; pagando por ellas la suma de 400 mil euros.
Estos son los pasos a seguir si piensas que un vino podría ser falso.
1. Revisar el color de la etiqueta. Si el color se ve desgastado es porque la etiqueta no es la correcta
2. Leer las letras pequeñas. La mayoría tiene unas leyendas con letras pequeñas que se diferencian porque son fotocopiadas.
3. Investigar bien los datos de la bodega. El indonesio que defraudaba en Estados Unidos no puso atención en un dato: en sus etiquetas decía que eran vinos elaborados en 1943 cuando la bodega nació en 1958. Por el desconocimiento, muchos compraron vino de esa etiqueta famosa.
4. Las cápsulas. Normalmente cuando un vino es antiguo, la cápsula de plomo que recubre debe estar en malas condiciones, con un desgaste propio del roce y el paso de los años.
5. Los corchos. Los corchos de vinos franceses, por ejemplo, son grabados impresos, y no son de plástico sintético, ese es un gran detalle.
La mayoría de los vinos que se falsifican deben ser costosos, ya que hacer fraude con botellas que cuestan poco no resulta oneroso para los amigos de lo ajeno.
El caso que fue muy conocido en España, con los vinos de la bodega Vega Sicilia, hizo tambalear a la industria vinícola de ese país, por lo que se implementaron otros candados de seguridad para detectar si el líquido era real o de dudosa procedencia.
Lo importante es que sepamos lo que nos sirven, para tener la seguridad de que ese vino es el correcto para disfrutar en familia y con las personas que apreciamos.
José Carlos Palacios Sommelier
Fuente: El Diario de Yucatán
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