La mesera fue vista por una pareja que la vio abrumada mientras daba el servicio y le dejó una generosa propina que no puede reclamar.
No es para nadie desconocido que muchos de los servicios de atención al cliente subsisten gracias a las propinas que los usuarios dejan tras recibir un buen o un mal servicio.
No obstante, existen algunos lugares en donde las propinas no son recibidas de forma individual sino que son divididas entre todo el equipo, lo cual puede llegar a ser bastante injusto para aquellos que lo dan todo en el servicio y totalmente desastroso cuando se trata de altas sumas.
En Texas, una mesera perdió lo que consideró la salvación a todas sus deudas por políticas del restaurante la cual le quitó toda la propina ganada gracias a su esfuerzo, y la cual ascendía a 2 mil dólares.
La historia de Emily Bauer rápidamente se ha viralizado dividiendo opiniones sobre quién debería de ser el receptor final de esta aportación voluntaria.
La camarera tenía laborando apenas dos semanas en el restaurante Red Hook Seafood and Bar, ubicado en Norhwest Loop 410, cuando una noche de mucho trabajo le tocó atender a una pareja que la vio muy abrumada con el servicio.
De acuerdo con la narración de la joven ese día estuvo muy dinámica y tuvo que advertirles a los comensales a quienes servía que había mucho trabajo y pocos empleadores, por lo que ella sería lo más rápida posible pero que le tuvieran un poco de paciencia.
La pareja le dijo que entendían lo intenso de la jornada pues eran dueños de restaurantes y sabían lo complicado que era la atención al cliente, así que amablemente le pidieron les cancelara el resto de su orden y les entregara la cuenta.
Una vez se retiró la pareja, ella tomó el papel y se percató de la propina de 2 mil dólares y un mensaje que decía “¡Feliz Navidad! ¡Sigue trabajando duro!”.
“Yo estaba como, ‘espera’. Lo abrí y comencé a llorar. Yo estaba como, ‘¡Dios mío! ¡Mis hijos! Voy a gastarlo todo en mis hijos ‘”, narró la joven madre de dos niños de 2 años y 5 meses.
Los hechos ocurrieron el pasado 29 de noviembre, y de acuerdo con el ticket, la cuenta ascendía a sólo 69 dólares con un centavo.
Sin embargo, la mujer no ha podido ver ni un sólo centavo de la generosa propina, ya que el restaurante no se lo ha permitido.
El gerente le explicó a Emily que el límite de las propinas es de 500 dólares, y pese a las propuestas de otros meseros, como cuatro pagos de 500 dólares, el restaurante se ha negado rotundamente.
La camarera señaló que no es responsabilidad de los meseros decirle a los clientes que no pueden dar tanta propina o indicarles el límite.
“Si ese es el caso, debería haber carteles colocados en los restaurantes o en el recibo para decir que hay un límite de $ 500 ”, dijo.
Señaló que las personas con las que ha hablado opinaron que si un cliente le deja la propina y firma, debería de poder obtener el monto.
Fuente: pacozea
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