Benito Peciña muestra un botellín de la nueva cerveza de sidra, Callabocas Josu Chavarri |
LA SIDRERÍA ALAVESA DE KUARTANGO LANZA AL MERCADO SU INNOVADORA APUESTA
El universo de la manzana no se detiene en la elaboración de la sidra como final de etapa. La innovación constante y la búsqueda de productos para hacerse un hueco en el complicado escenario del mercado actual ha llevado a Benito Peciña, responsable de la Sidrería Kuartango, a dar una nueva vuelta de tuerca y evolucionar hacia la creación de la primera cerveza de sidra del mercado. "En nuestro negocio nos gusta todo el desarrollo del producto y tras aventurarnos con el vinagre, el zumo natural de manzana o la sidra con limón, hemos evolucionado hacia la cerveza de sidra", explica Peciña en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Las jornadas del confinamiento y cese obligado de la actividad en la hostelería fueron el punto de arranque de esta aventura que los acérrimos devotos de la cerveza ya pueden llevarse a sus paladares. De los depósitos de Sidrería Kuartango han salido los primeros mil litros de esta cerveza de sidra. Su elaboración tiene en la base los obligados componentes como "cebada, lúpulo y malta a los que se somete a un proceso de doble fermentación natural para llegar a obtener la cerveza", desgrana Peciña. Tras esta primera etapa se adentra la bebida en una tercera y última fermentación donde recibe los atributos propios de la sidra. "Mezclamos esa base con el zumo de manzana para llegar a la producción final de la cerveza de manzana", relata satisfecho Peciña a DNA.
La climatología es el factor que determina la duración de este proceso, que no suele sobrepasar más allá de los diez días. Como resultado de esa triple fermentación se obtiene una cerveza "relativamente potente", que llega en la escala de graduación hasta los siete grados. "Rememora a las cervezas belgas y ofrece además esos aromas y reminiscencia a la manzana, que le llegan a través de la tercera fermentación con el zumo de manzana. Es similar a las de trigo y en olfato destacan esos detalles del lúpulo", remarca con precisión el responsable de la Sidrería Kuartango sobre su nueva creación. A la hora de buscar una verificación se han puesto en contacto con cerveceros belgas, auténticos maestros en la elaboración de birras, que han transmitido positivas sensaciones sobre esta nueva variedad de la bebida y sus cualidades.
Las jornadas del confinamiento y cese obligado de la actividad en la hostelería fueron el punto de arranque de esta aventura que los acérrimos devotos de la cerveza ya pueden llevarse a sus paladares. De los depósitos de Sidrería Kuartango han salido los primeros mil litros de esta cerveza de sidra. Su elaboración tiene en la base los obligados componentes como "cebada, lúpulo y malta a los que se somete a un proceso de doble fermentación natural para llegar a obtener la cerveza", desgrana Peciña. Tras esta primera etapa se adentra la bebida en una tercera y última fermentación donde recibe los atributos propios de la sidra. "Mezclamos esa base con el zumo de manzana para llegar a la producción final de la cerveza de manzana", relata satisfecho Peciña a DNA.
La climatología es el factor que determina la duración de este proceso, que no suele sobrepasar más allá de los diez días. Como resultado de esa triple fermentación se obtiene una cerveza "relativamente potente", que llega en la escala de graduación hasta los siete grados. "Rememora a las cervezas belgas y ofrece además esos aromas y reminiscencia a la manzana, que le llegan a través de la tercera fermentación con el zumo de manzana. Es similar a las de trigo y en olfato destacan esos detalles del lúpulo", remarca con precisión el responsable de la Sidrería Kuartango sobre su nueva creación. A la hora de buscar una verificación se han puesto en contacto con cerveceros belgas, auténticos maestros en la elaboración de birras, que han transmitido positivas sensaciones sobre esta nueva variedad de la bebida y sus cualidades.
SIMBOLOGÍA DEL NOMBRE Completado el proceso de producción, el último peldaño se centraba en dotarle de un potente y atractivo nombre para su desembarco en el mercado. Las circunstancias y situación de emergencia sanitaria que golpean a la sociedad desde hace un año, ya marcaron el camino de la nomenclatura a escoger. Para poder saborear un buen trago de esta nueva cerveza de sidra es preciso retirarse la obligatoria mascarilla que cubre nuestras bocas en todo momento del día desde hace ya nueve meses. Por ahí buscó Peciña sinónimos como antifaz, careta o cubrebocas. "Tomando como base la atípica situación de la pandemia y la obligatoriedad de la mascarilla, buscamos también una alegoría y polisemia para nombrar a esta cerveza y demostrar y tapar la boca a aquellos que piensan que en Álava no se trabaja la sidra. Queremos reivindicar cómo se trabaja el producto de la sidra con gente como estamos en Trebiño, Iturrieta o Kuartango", se defiende Peciña. El resultado de juntar todos esos pensamientos ha derivado en el original nombre de Callabocas con el que esta cerveza de sidra buscar asentarse y darse a conocer en el mercado.
De momento, y a la espera de que mejor la situación generada por la pandemia "es una cerveza para su consumo casa por casa", explica Peciña. Llegará el momento en el que se pueda hacer una presentación pública y en sociedad de esta bebida. Quien se la quiera llevar al paladar la puede adquirir en packs de media docena de botellines, de 33 centilitros, al precio de 11 euros en la Sidrería Kuartango. No ceja Peciña en buscar nuevos horizontes para esta bebida y ya piensa en "tener presencia en los barrios de Vitoria para ampliar su presencia en el mercado y lograr una mayor venta", concluye tras un último sobro de Callabocas.
"En sabor y textura es como una cerveza de trigo pero con el toque de sabor a manzana"
BENITO PECIÑA. SIDRERÍA KUARTANGO
De momento, y a la espera de que mejor la situación generada por la pandemia "es una cerveza para su consumo casa por casa", explica Peciña. Llegará el momento en el que se pueda hacer una presentación pública y en sociedad de esta bebida. Quien se la quiera llevar al paladar la puede adquirir en packs de media docena de botellines, de 33 centilitros, al precio de 11 euros en la Sidrería Kuartango. No ceja Peciña en buscar nuevos horizontes para esta bebida y ya piensa en "tener presencia en los barrios de Vitoria para ampliar su presencia en el mercado y lograr una mayor venta", concluye tras un último sobro de Callabocas.
"En sabor y textura es como una cerveza de trigo pero con el toque de sabor a manzana"
BENITO PECIÑA. SIDRERÍA KUARTANGO
JOSE LUIS DEL CAMPO
Fuente: Noticias de Alava
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