Ingresó en 2016 para dedicarse a la comunicación institucional. Entonces, el puesto de director(a) general no existía. “Me doy cuenta que teníamos un diamante en bruto, que podíamos pulir y cincelar como quisiéramos”, relata la periodista que nació en Caracas y se crió en la avenida Victoria en el seno de una familia de inmigrantes italianos.
Al comenzar su trabajo se preguntó cómo explicar a alguien radicado en España la necesidad de apoyo e importancia del patrimonio iberoamericano y su gastronomía. A partir del reconocimiento de fortalezas, amenazas y debilidades surgió la iniciativa de promover alianzas público-privadas para divulgar el patrimonio gastronómico iberoamericano. “Es la comunicación gastronómica en su más alto espectro”, afirma.
Considera además que la conquista marcó un hito histórico en la gastronomía, que guarda un nexo destacable que se debe preservar. “Es el típico vestigio histórico del que no te hablan y que te permitiría entender muchísimo más la historia”, explica.
Para Ruggiero la labor que realiza la Academia Iberoamericana de Gastronomía ayuda a difuminar las fronteras y distancias geográficas que existen entre sus países. “No estamos tan lejos, nos parecemos mucho más de lo que creemos y somos bastante más fraternales de lo que imaginamos”, asegura la venezolana para quien hablar otro idioma o comer platos distintos nunca fue una barrera. “Más bien lo entendíamos con algo extraordinariamente positivo”, relata.
Sentados a la mesa
Estudió periodismo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y se graduó con honores. Tras realizar pasantías en el diario El Nacional pensó en dedicarse a la fuente política, pero repentinamente comenzó a escribir en la sección gastronómica de la Revista Marcapasos. Se dedicaba a contar historias sobre sitios olvidados en la ciudad de Caracas. “Recopilábamos información de bares antiguos, sitios donde se hacían jugos de fruta en el centro de Caracas, Capitolio”, cuenta.
Inició sus estudios con la idea de emigrar a Europa. En primera instancia, pensó en mudarse a Roma, pero en un salto casi súbito terminó en Madrid, España. “Qué estaba haciendo yo verdaderamente, si era una caraqueña de padres italianos tirada en medio de la Gran Vía”, pensó al verse alejada de sus raíces familiares por primera vez.
Andrea V. González G.
Fuente: Reporte Confidencial
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