Cheese cake, tarta de manzana, Rogel, Lemon Pie y muffins son algunas de las preparaciones más valoradas por los amantes de lo dulce, aunque también existen infinitas opciones que se pueden preparar como un experto con estas claves que te daremos a continuación.
Más allá de la técnica, para comenzar con la repostería desde cero alcanza con tener disciplina y poner manos a la obra para que las preparaciones sean perfectas. La excelencia requiere práctica y tanto la pastelería como la repostería son profesiones que necesitan tolerancia a la frustración, especialmente cuando se dan los primeros pasos y el riesgo de que las recetas no salgan como se pretende puede ser más habitual de lo normal.
¿Es lo mismo la pastelería que la repostería?
Se trata de dos términos frecuentemente confundidos y usados como si fueran sinónimos, pero son diferentes y vale la pena aclarar de qué se trata cada uno. La pastelería puede definirse como la disciplina o el arte de elaborar platos dulces como tortas y postres a través de una formación educativa y recursos de avanzada.
Por otra parte, la repostería consiste en la creación de tortas, postres y dulces con pocos ingredientes y sin necesitar de una técnica profesional. Pese a esto, es fundamental realizar cursos de cocina para aprender y poner en práctica las mejores recetas, especialmente para aquellos que buscan dar sus primeros pasos en el maravilloso mundo de la cocina.
Otra de las diferencias entre la pastelería y la repostería es que los pasteleros están obligados a formarse constantemente, ya que la pastelería exige conocer y dominar las últimas técnicas en el arte de comidas dulces. En el caso de la repostería esto no es necesario, ya que los reposteros poseen una formación flexible y utilizan ingredientes cotidianos y de estación por lo que no es necesario que tomen cursos de especialización.
La organización es lo más importante
Más allá de la perseverancia y la tolerancia a la frustración, la repostería requiere de otra cualidad que también debe cultivarse. La capacidad de organización es fundamental para que el resultado sea el esperado.
De nada sirve repetir una receta de memoria cuando no se tiene a disposición los ingredientes o se pierde tiempo buscando un utensilio de cocina. El tiempo es vital en la repostería por lo que antes de comenzar con cualquier preparación tenés que organizarte.
Prepara todos los elementos, materias primas y tu hoja de recetas para seguirla paso por paso sin errores. Esto te permitirá ganar tiempo y realizar múltiples tareas prácticamente en simultáneo. Cada cosa tiene que estar en su lugar, el orden es una prioridad dentro de la gastronomía y en todos los cursos de cocina es la primera enseñanza que te darán como ocurre en crehana.com
La organización también aplica para la limpieza de la mesada o tu “estación de trabajo”. La limpieza y la organización van de la mano y te permitirán desarrollar tus recetas con mayor sencillez y velocidad de ejecución, puesto que no perderás tiempo limpiando y ordenando.
Equipa tu cocina
No es lo mismo cocinar para tu familia y amigos comidas cotidianas que lanzarte al mundo de la pastelería. Vas a necesitar algunos elementos poco habituales y que seguramente no están en tu cajón o bajo mesada. La repostería requiere muchos utensilios que te harán las preparaciones más sencillas, ahorrando tiempo y obteniendo masas homogéneas y parejas.
Más allá de la inversión que realices en formarte a través de los cursos de cocina es recomendable que destines una parte del presupuesto para invertir en elementos de repostería. Algunos de las herramientas imprescindibles son: espátula, espátula angular, batidora eléctrica, manga, moldes de acero o silicona de diversos tamaños, cucharas, vasos medidores, palos de amasar, cortadores, rodillos, papel de aluminio, entre otros.
Con esos elementos básicos de repostería podrás comenzar sin problemas y a medida que descubras nuevas recetas y perfecciones tu técnica necesitarás nuevos utensilios que te facilitarán el arte de la repostería.
El horno: un aliado que puede transformarse en enemigo
Otro elemento fundamental a tener en cuenta es el horno. Tiene que ser confiable y cocinar de manera homogénea. Para tener éxito en repostería, el horno termina siendo uno de los mejores aliados, aunque también puede transformarse en tu principal enemigo si calienta en exceso o de manera heterogénea.
Dominar el horno también es un arte. Antes de colocar tus preparaciones realizá un precalentado rápido a temperatura constante y nunca llenes los moldes más allá del 75% de su capacidad. El molde siempre debe estar en el punto central del horno y jamás lo abras para ver cómo está la preparación. Un segundo de pérdida de calor puede ser la diferencia entre una masa esponjosa y una cruda.
Parte del éxito para dominar la cocción es respetar los tiempos de cada preparación
Familiarízate con la receta, pero conoce tu horno como si fuera la palma de tu mano. De esta manera, evitarás situaciones imprevistas y bizcochuelos pasados de cocción. Recuerda que un postre quemado es igual de malo que uno crudo.
Aprende a seguir las recetas
En todos los cursos de cocina hacen hincapié en las recetas. Son el alma del plato y un error puede terminar en catástrofe. Por esa razón, tomate todo el tiempo necesario para comprender hasta el más mínimo detalle de la preparación. También es importante saber calcular los tiempos, porque muchas veces tendrás que combinar preparaciones que estén en su punto justo para que el resultado sea el mejor.
Cuando das tus primeros pasos en la repostería o la pastelería lo ideal es seguir la receta al pie de la letra. Tiempos, cantidad de ingredientes y momentos indicados para las combinaciones son algunos de los desafíos que tiene la repostería. Se trata de una ciencia exacta dentro de la cocina, ya que tan sólo 10 gramos pueden alterar por completo una receta que parecía perfecta. Respeta las cantidades, a medida que avances en tu técnica tendrás posibilidades para sustituir ingredientes y llevar las recetas un paso más allá.
De lo simple a lo complejo
Uno de los errores más frecuentes para los principiantes en la repostería es tratar de comenzar con las recetas más complejas. Nunca se puede correr antes de aprender a caminar y esto es un error que puede frustrarte de manera inmediata, ya que saltearse pasos en una disciplina tan exacta como todo lo relacionado al universo de lo dulce termina saliendo mal.
Por esa razón, es recomendable comenzar con recetas simples como budines y muffins para luego progresar hacia tortas complejas.
Como todo en la vida, la repostería es un proceso e irás aprendiendo de a poco hasta transformarte en un experto gracias a los cursos de cocina o el aprendizaje autodidacta.
Incluso podrás vender o deleitar a tus amigos y conocidos tus nuevas recetas. Muchos emprendimientos comenzaron en una cocina pequeña como un hobbie y hoy ya tienen varios locales en diferentes puntos de la ciudad.
Fuente: El Litoral
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