Vino blanco
El origen del vino se remonta al año 5000 a.C en el Antiguo Egipto. En la actualidad, existen más de 3.000 variedades de vino en todo el mundo, y es una de las bebidas más consumidas a nivel global. Una de las principales formas de clasificar el vino es según su color: blanco, tinto y clarete. Hoy vamos a centrarnos en las diferencias entre el vino tinto y el vino tinto, sobre todo en lo que respecta a su aporte calórico.
Diferencias
Más allá del color, el proceso de elaboración y la temperatura de maceración de ambos vinos es completamente distinta.
En el caso del vino tinto, se macera a una temperatura que ronda entre los 24 y los 26 grados, mientras que en el caso del vino blanco, la temperatura de maceración es de entre 17 y 19 grados.
A la hora de degustar ambos tipos de vinos, el blanco es más ácido que el tinto ya que la presencia de taninos maduros en este último es muy superior. Este componente ofrece estructura y textura, al tiempo que prolonga la vida útil de la bebida.
Una vez en la botella, la evolución del vino tinto es lenta y progresiva, y le otorga a la bebida matices complejos y sabor.
Para la elaboración del vino tinto y del vino blanco, se usan las uvas de una forma distinta. El vino tinto es el resultado de la maceración de las uvas maduras con hollejos y semillas. El vino blanco, en cambio, resulta de la fermentación del zumo de la pulpa de uva.
El contenido alcohólico del vino tinto es superior al del vino blanco. El primero combina muy bien con carnes rojas, mientras que el segundo es ideal para carnes blancas, pescados y mariscos.
Cabe señalar que existe una copa ideal para servir cada tipo de vino. El vino blanco se puede servir en una copa pequeña de apertura mediana, mientras que el vino tinto es aconsejable servirlo en una copa grande de apertura ancha.
Valores nutricionales
El vino tinto contiene mayor cantidad de antioxidantes que el vino blanco, de forma que es un gran aliado para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y las células, siempre y cuando se consuma con moderación.
A esto hay que sumar que el vino tinto es más rico en vitaminas y minerales, sobre todo en vitamina E y magnesio.
Y, por último, cabe señalar que el vino tinto tiene menos calorías que el vino blanco: 63 calorías y 70 calorías por cada 100 mililitros, respectivamente. Por lo tanto, el vino blanco engorda más.
JANIRE MANZANAS
Fuente: OK Diario
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