¿Se puede hacer pan sin horno? La respuesta es sí, y el resultado es bastante bueno. Las técnicas disponibles son variadas: en la sartén, al vapor, y ¡hasta en el microondas! Así que si no tienes horno o no te apetece usarlo, en unCOMO te mostramos cómo hacer pan sin horno y en estufa al mejor estilo artesanal.
Esta receta de pan sin horno aunque no se dora mucho, posee una corteza crujiente y su interior es muy suave, ¡súper apetecible! Puedes comerlo como quieras: con mermelada para desayunar, preparar unos montaditos para un picoteo, armar un bocadillo para dos, y muchas otras formas. Además, este pan está preparado con harina común y en sartén, lo que lo hará muy sencillo y accesible para muchos hogares.
2 comensales 1 hora Dificultad baja
Ingredientes:
- 500 gr de harina de trigo común (todo uso)
- 330 ml de agua templada o tibia
- 10 gr de sal (1 cdta)
- 5 gr de levadura de panadería (½ cda)
- 1/2 cdta de azúcar
- Aceite (para engrasar la sartén)
Pasos a seguir:
Limpia y seca muy bien la encimera donde trabajarás. Es muy importante que esté bien aseada, si no cualquier sucio se adherirá a la masa.
Deposita la harina, la levadura, el azúcar y la sal en un bol. Abre un hoyo en medio de la harina (tipo volcán), y deposita allí la levadura y el azúcar. Después, pon la sal pero no en el hoyo, debes colocarla separada de la levadura, por fuera, en uno de los laterales. Mezcla muy bien los primeros ingredientes, sin tocar la sal. Usa una cuchara de madera o las manos.
Añade ¾ partes del agua en la zona sin sal. Mezcla muy bien esa parte antes de unificarlo todo. No uses ni agua muy caliente ni muy fría, úsala templada o tibia. El agua muy caliente inactiva la levadura y la muy fría retrasa la activación de la misma.
Vierte poco a poco el agua, así no añadirás más de la que necesitas. Sabrás que la masa tiene su punto ideal cuando notes su textura consistente y mucho menos pegajosa.
Espolvorea un poquito de harina sobre la encimera y vuelca la masa. Cuando ya no la puedas trabajar más dentro del bol será el momento justo para hacerlo.
Amasa hasta obtener una textura muy lisa. Ayúdate con una paleta de plástico para trabajar manualmente. Tira también la masa con fuerza sobre el mesón varias veces, así se desarrollará mejor el gluten.
Déjala reposar 10 minutos. De esta manera, la humedad penetra mejor la harina, permitiendo que adquiera consistencia más rápido y sin necesidad de agregar harina de más en el mesón.
Trabaja de nuevo la masa esta vez por 5-10 minutos. Notarás que tras cada reposo y amasado, se percibe más manejable y su textura es mucho más lisa.
Déjala reposar 10 minutos más. Otro descanso breve para que la masa adquiera más consistencia y se facilite su manipulación.
Amasa solo 1 minutos más. En este paso, ya verás la masa algo inflada y, al trabajarla, ya no se pegará de las manos. ¡Ahora está lista para su primer descanso largo!
Forma una bola, colócala en un bol engrasado con un poquito de aceite y cubre con papel film. La grasa y el papel evitan que la masa se pegue y reseque.
Déjala reposar hasta que doble su tamaño. Este paso puede tomarte entre 1-2 horas, a veces menos y a veces más. Todo dependerá del clima donde trabajes: el frío necesita más tiempo y el calor requiere menos. Si vives en un lugar frío o con corrientes de aire, coloca la masa cerca de una fuente de calor, o un lugar cerrado como el microonda u horno (apagados).
Desgasifica la masa. Una vez reposada, presiónala suavemente con las puntas de tus dedos, en toda su superficie.
Divídela en bolitas. Córtala con un cuchillo bien afilado o con la misma paleta de plástico que usaste para amasar. Luego, moldea el pan. Pliega los bordes hacia adentro, voltea la masa y termina de darle forma redondeada en los laterales. Repite el procedimiento con el resto de la masa.
Ten lista una bandeja o fuente espolvoreada con harina. Coloca allí las bolas de masa, a medida que las tienes listas. Cubre con un paño limpio.
Espera 30 minutos. Este es el segundo y último descanso largo. Durante este tiempo, los panes deberían crecer de nuevo.
Calienta una sartén. Una vez caliente, baja el fuego e imprégnala con aceite. Puedes hacerlo con una brocha de silicona o con un trozo de papel absorbente. Si tienes papel de horno, recorta un trozo que cubra la superficie ya engrasada, y ponlo allí.
Coloca el pan en la sartén y tápala. Si la sartén no tiene tapa, ponle una que encaje o al menos que la cubra por completo. La idea es evitar que se escape el calor y baje la temperatura. Cocina durante 12-15 minutos a fuego muy bajo.
Espera 12-15 minutos Si notas que se tostó mucho por el otro lado, baja más el fuego (todo depende de la potencia de tu cocina). Poco a poco le agarrarás el truco y sabrás cómo hacer pan en sartén a la perfección.
Comprueba que el pan está cocido. Con el puño cerrado, dale unos golpecitos suaves sobre la superficie, como si tocarás una puerta. Si suena hueco está listo, si no debes cocinarlo un poco más.
Déjalo enfriar por completo. Pon el pan sobre una rejilla para que se enfríe parejo, así se conservará por más tiempo y tendrá mejor textura al degustarlo. ¡Tu pan sin horno estará listo para disfrutar!
Una vez listo, conviene saber Cómo conservar el pan para que te dure más tiempo. Si te sobra, no dudes en visitar el enlace y descubrir los mejores trucos para guardarlo.
Si quieres preparar otros tipos de pan, existe gran variedad de recetas para que no aburras nunca: pan dulce, panes al vapor chinos (Bao, Mantou, Baozi, Buns, entre otros), muffins ingleses, pan árabe o pita, pan de leche dulce, pan de pascua judío ácimo o Matzá, pan de queso, pan en microondas, etc.
Consejos
No uses harina en exceso, pues el pan queda muy compacto, arenoso y pesado.
El secreto del pan está en el amasado, principalmente. Amásalo suficiente y de manera adecuada.
En esta receta, puedes remplazar levadura seca por 15 gramos de levadura fresca.
Si usas levadura fresca, debes activarla antes de agregarla
El secreto del pan está en el amasado, principalmente. Amásalo suficiente y de manera adecuada.
En esta receta, puedes remplazar levadura seca por 15 gramos de levadura fresca.
Si usas levadura fresca, debes activarla antes de agregarla
Fuente: Mundo Deportivo
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