#CAFE #BARISTAS ⛾ | Las claves para ser un barista de "talla mundial"

Trofeo. Alejandro Méndez, campeón mundial de baristas, en 2011.

Expertos aseguran que ser un excelente barista va desde la vocación de servicio y seleccionar un café extraordinario, hasta conocer sobre el agua y cuál es la composición química ideal que debe tener para extraer la expresión sensorial.

Ser considerado un barista de excelencia y ganar un campeonato mundial no es tarea fácil. Requiere de mucho estudio, investigación, inversión y sobre todo de pasión por la profesión, asegura el salvadoreño y coach de campeones mundiales de barismo, Federico Bolaños.

El santaneco ha logrado tres campeones mundiales como entrenador. En 2011, fue un salvadoreño, en 2019 una barista coreana y en 2021 un colombiano.

Bolaños indica que para ganar un campeonato, el profesional debe entrenarse por muchos meses para lograr el más alto nivel de excelencia en la ejecución de su presentación de competencia.

"Se necesita habilidades y conocimientos que van desde seleccionar un café extraordinario con cualidades en taza únicas, descubrir los parámetros de extracción ideales del café con que se compite para extraerle su mejor expresión sensorial, describir con mucha precisión las sensaciones y hasta mucha creatividad para desarrollar una presentación memorable", comenta.

Además se debe contar con un alto nivel de habilidad técnica y experiencia en el campo del café.

El barista debe tener un buen equipo (un entrenador, un barista asistente, un tostador, el productor del café, y otras personas de apoyo). Este grupo desempeña un papel importante en el proceso de preparación y presentación.

Otro aspecto vital es la calidad del café; Bolaños afirma que el café debe ser cuidadosamente seleccionado, tostado y preparado para asegurar la mejor experiencia sensorial a los jueces.

Preparación. El Salvador cuenta con baristas reconocidos a nivel mundial por su trabajo.

"Es esperado que el barista tenga experiencia con diferentes tipos de café, y pueda presentar una variedad de sabores y cualidades en sus bebidas", afirma.

Lo económico es crucial. En El Salvador, una formación en barismo desde nivel básico hasta nivel profesional con certificación de la Asociación de Cafés Especiales (SCA) tiene un costo aproximado de $1,500. Las de nivel básico cuestan entre $350 y $400, las de nivel intermedio entre $700 y $800, y las de nivel avanzado entre $1,300 y $1,500.

Pero hay que diferenciar entre el costo de entrenar a un barista para una competencia y el costo de formar un barista para desempeñarse como un profesional, son dos cosas muy diferentes, aclara Bolaños.

"Cuanto más experimentado y mayor éxito haya tenido el coach, serán más altos los honorarios por sus servicios de consultoría. El costo también depende de la cantidad de días que se contrate al coach, ya que por lo general para este tipo entrenamiento los costos son diarios", explica.

Se estima que un entrenador puede cobrar desde los $500 hasta $2,000 por semana, y la formación requiere de varias semanas.

El salvadoreño Alejandro Méndez, campeón mundial de barismo en 2011 y entrenador de baristas, coincide con Bolaños en varios aspectos, entre estos: el alto costo que implica la formación, el esfuerzo que se requiere y la importancia de contar con un buen café para ganar un campeonato.

"Recuerdo que cuando gané empezamos a buscar el mejor café que producía El Salvador, inclusive tuve el ‘top ten’ de taza de excelencia y no ocupé ninguno de esos porque no eran los que sabían mejor en espresso… El entrenamiento también es parte fundamental, yo entrené durante seis meses de 6:00 de la mañana a 10:00 de la noche, todos los días. Además es necesario juntar un equipo conocedor del café y de las reglas", expone Méndez.

Los profesionales coincidieron en que El Salvador cuenta con baristas muy apasionados, sin embargo falta que sean académicos del café y lo estudien.

Asimismo, faltan cafeterías que brinden suficiente apoyo económico a sus baristas para que puedan prepararse al más alto nivel y así competir con posibilidades de triunfar.

Karla Alfaro 

Fuente: El Economista