La tiroides es una glándula que está ubicada en el cuello, arriba de la clavícula, la cual produce hormonas. - Foto: Getty Images |
Una de las afecciones más comunes de esta glándula es la tiroiditis.
La tiroides es una glándula endocrina que tiene forma de mariposa y está ubicada en el cuello. Se le reconoce por ser una de las encargadas de producir hormonas, las cuales controlan el ritmo de diferentes actividades del cuerpo.
Estas hormonas tienen influencia, por ejemplo, en la velocidad con que el organismo quema las calorías y qué tan rápido late el corazón, funciones que hacen parte del metabolismo y dimensionan su importancia en la condición de salud de las personas.
La tiroides también ayuda a que el cuerpo de los niños se desarrolle a medida que van creciendo, interviene en la formación de los músculos y controla el peso, precisa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos.
Con frecuencia se expone a algunos problemas o padecimientos como el bocio, que es cuando se produce un agrandamiento; el hipertiroidismo, situación en la que esta glándula produce más hormona tiroidea de lo que el cuerpo requiere, e hipotiroidismo, que es el caso contrario y no produce suficiente cantidad de esta hormona, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Control de la glándula tiroides en mujeres. Dolor de garganta de un pueblo sobre fondo gris - Foto: Getty Images/iStockphoto |
En la tiroides también se pueden desarrollar otros padecimientos como cáncer, nódulos y tiroiditis, que se presenta cuando se inflama.
Las personas que sufren de la tiroides deben tener una alimentación estricta y supervisada por un profesional de la salud. Por ejemplo, todos aquellos que tienen hipotiroidismo, según el portal Centro Julia Farré, deben evitar comer los siguientes alimentos:Ensalada cruda de col lombarda, col, y rábanos.
Tomar caldo o sopa o agua resultante de hervir alimentos bociógenos.
Soja y productos elaborados con soja, ya que aumentan la excreción fecal de la hormona tiroxina. Si se sufre hipotiroidismo y si se consume productos a base de soja será necesario revisar la dosis de hormona levotiroxina por parte de un médico endocrino.
Síntomas del cáncer del tiroides
Cáncer de tiroides - Imagen de referencia - Foto: Getty Images/iStockphoto |
De acuerdo con el portal Manual MSD, este cáncer tiene cuatro tipos, entre ellos el papilar, que es el más frecuente y representa el 80 % de todo los tipos de cáncer de tiroides. Como tal, este cáncer crece dentro de la glándula tiroidea, pero a veces se extiende a los ganglios linfáticos adyacentes. Si no se trata, puede propagarse a zonas más distantes.
De acuerdo con el instituto médico Mayo Clinic, en la mayoría de los casos de cáncer de tiroides no presentan síntomas, hasta que el tumor maligno crece. Sin embargo, en algunos casos se pueden presentar algunos síntomas que tiende a pasar desapercibidos y no se les presenta mayor atención para detectar a tiempo la enfermedad.Sensación que los cuellos empieza a ser más justos o las camisas aprietan.
- Cambios en la voz.
- Dificultad para comer.
- Dolor de cuello y garganta.
Cuando se identifica el cáncer de tiroides, se producen pequeños tumores (nódulos) en el interior que son malignos y se caracterizan por ser un tumor sólido en vez de estar lleno de líquido (quístico), no produce hormona tiroidea, es duro, crece con rapidez y se asocia a ganglios linfáticos engrosados y dolorosos en el cuello.
Cáncer de tiroides - Imagen de referencia - Foto: Getty Images/iStockphoto
Para diagnosticar la enfermedad, se realizan varias pruebas. El Manual MSD detalla que las primeras consisten en pruebas de la función tiroidea, en las que se miden las concentraciones sanguíneas de la hormona estimulante del tiroides (TSH), y de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina o tetrayodotironina) y T3 (triyodotironina). A veces se realizan pruebas para detectar anticuerpos de la glándula tiroidea.
Hasta el momento se desconoce la causa del cáncer de tiroides, pero se sabe que algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Por ejemplo, el sexo femenino es el más propenso a padecer este tipo de cáncer porque hay una relación directa con el estrógeno, también está la exposición a niveles altos de radiación o por determinados síndromes genéticos hereditarios.
Para diagnosticar la enfermedad, se realizan varias pruebas. El Manual MSD detalla que las primeras consisten en pruebas de la función tiroidea, en las que se miden las concentraciones sanguíneas de la hormona estimulante del tiroides (TSH), y de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina o tetrayodotironina) y T3 (triyodotironina). A veces se realizan pruebas para detectar anticuerpos de la glándula tiroidea.
Hasta el momento se desconoce la causa del cáncer de tiroides, pero se sabe que algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Por ejemplo, el sexo femenino es el más propenso a padecer este tipo de cáncer porque hay una relación directa con el estrógeno, también está la exposición a niveles altos de radiación o por determinados síndromes genéticos hereditarios.
Fuente: Semana
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