Conseguir que una cita salga a la perfección es todo un reto. Los nervios nos invaden, por lo que beber algo que nos ayude a dejarnos llevar puede ser una buena solución. Más todavía si ese algo es una buena copa de vino, la bebida ideal para encender la chispa y la temperatura ambiente. Pero… ¿por qué?
No hay dudas. La elegancia del vino seduce por sí misma y pega en cualquier momento romántico como si de un ramo de rosas se tratara. Al tomar un par de copas de vino, nos sentiremos cada vez más a gusto y abiertos a la conquista tras crear un ambiente de tonteo y confianza.
Según varios estudios, esto se debe a que uno de sus componentes es la quercetina, que se encarga de bloquear la enzima que elimina la testosterona, conocida como UGT2B17. El trabajo de la quercetina provoca un considerable aumento de niveles de testosterona en la sangre, y por tanto, un impulso sexual más alto de lo normal. En las mujeres, el vino produce un doble efecto, al aumentar también su flujo sanguíneo en las zonas erógenas (vasodilatación) debido a los flavonoides. Con vino de por medio, será muy complicado que las ganas tener sexo se vayan de nuestra mente.
Al aumento de la libido también hay que sumarle los efectos del etanol que contiene el vino, pues estimula el hipotálamo, la parte de nuestro cerebro donde se encuentran los sentimientos más instintivos y en la que se regulan funciones como la temperatura corporal, apetito, nivel de hormonas o deseo sexual. Si entre los dos hay una llama encendida, unos tragos de vino acabarán por provocar el incendio.
Un aliado
Dejando aparte sus efectos en nuestro cuerpo, si por algo es la mejor bebida para las situaciones más, digamos, cercanas, es por su sabor en nuestro paladar y su graduación, más fácil de controlar que las bebidas destiladas. Puede gustarte más o menos, pero si le acabas dando una oportunidad como la que le diste a la cerveza después de tu primer y desagradable trago, habrás conseguido un aliado que moverá la primera ficha en el tablero en este tipo de situaciones que comentamos.
Sin embargo, los estudios (y Menzig) también señalan que, antes de tomar dos o más copas, que es la cantidad ideal para destapar su poder afrodisiaco, lo más importante es conocernos a nosotros mismos y ser conscientes de cómo nos afecta el alcohol, pues al emborracharnos ese toque especial del vino se pierde por completo.
Una de los dichos más populares afirma que “si hay vino, hay sexo”.
Cuál elegir
La elección del vino es muy importante. El vino tinto es muy capaz de producir todos los efectos que hemos mencionado anteriormente, por lo que es la opción más fácil y sólida. Sin embargo, el olor y sabor de los diferentes tipos de vino que existen también son factores a tener en cuenta. Hay aromas y sabores que son capaces de estimular con mayor facilidad que otros, es decir, el poder afrodisiaco y seductor dependerá también de la elección.
Aparte de un buen vino tinto de calidad, algunos de los vinos que te recomendamos para mejorar tu deseo sexual son:
– Burgundy. El vino de Borgoña es popularmente conocido por ser uno de los mejores acompañantes a una velada romántica gracias a sus efectos afrodisiacos y a un peculiar sabor que nos pone de muy buen humor.
– Champagne. El vino espumoso francés es la elegancia y seducción en su esplendor. Además, podemos combinarlo con jugos de frutas para obtener un sabor que aumente el deseo sexual como si estuviéramos viviendo una escena de película… romántica.
– Oporto Blanco. El vino de Oporto Blanco tiene como principal fuerte su aroma, pues está compuesto por una concentración de aromas seductores tanto para el hombre como para la mujer, destacando los toques de canela, vainilla, miel y jengibre.
Fuente: Diario El Norte
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