La increíble variedad de la gastronomía peruana no se limita a los platos salados. El país sudamericano tiene unos postres de mucha categoría.
Perú es tierra de sabores intrépidos y paisajes de ensueño, una ecléctica mezcla de tradiciones e ingredientes tropicales. Más allá de sus famosos cebiches y el archiconocido pisco, el país ofrece un rincón mágico y a menudo subestimado: sus irresistibles postres. Y es que la gastronomía peruana tiene mucho que ofrecer.
Esta relación especial entre los peruanos y sus dulces se origina en el siglo XVI con la llegada de los conquistadores españoles, quienes trajeron consigo ingredientes como la caña de azúcar y el trigo, junto con el ganado vacuno y caprino. Estos tesoros recién llegados se convirtieron en el catalizador de la repostería peruana, una tradición culinaria única y apreciada que perdura hasta el día de hoy.
Desde alfajores hasta delicias con chocolate o frutas tropicales como el aguaymanto, cuyo origen se encuentra en los Andes peruanos, la gama de postres que la cultura peruana ofrece es inmensa y deliciosa. Aquí, exploramos cuatro de los más emblemáticos de este país culinario excepcional.
Queso Helado: Un Refrescante Engaño de Sabores
Queso Helado |
A pesar de su nombre, el Queso Helado es todo menos quesoso. Su historia se remonta a la época colonial, y a pesar de no contener queso en su receta, ha conquistado el corazón y el paladar de peruanos y extranjeros por igual con su refrescante sabor. Se elabora con una base de leche de vaca, y en la actualidad, los productores ingeniosos han creado variaciones que incluyen pisco, whisky, café y diversas frutas.
La forma tradicional de prepararlo implica congelar la leche en un barril de madera lleno de hielo, creando capas que, al servirse, se asemejan al queso blanco. A pesar de la paradoja en su nombre, este postre es un placer helado para cualquier paladar.
Mazamorra Morada: Un Legado de Sabores Antiguos
Mazamorra con arroz con leche. Foto © Karina Mendoza |
La Mazamorra Morada tiene sus raíces en la época prehispánica, cuando las civilizaciones antiguas preparaban una versión con maíz amarillo conocido como ishkupcha. Los conquistadores españoles añadieron clavos de olor, canela, membrillo y azúcar, pero su éxito se debió al uso del maíz morado, hasta entonces poco común.
Este dulce, tradicionalmente disfrutado durante las festividades del Señor de los Milagros, se combina con otro postre emblemático: el arroz con leche, creando una combinación dulce y única.
Suspiro a la Limeña: Un Bocado de Historia y Dulzura
Suspiro Limeño. Foto © Enrique Castro |
Tan tradicional como exquisito, el Suspiro a la Limeña tiene sus raíces en el siglo XIX, aunque recetas similares se experimentaban ya en la época colonial con ingredientes traídos desde España. Esta obra maestra se compone de manjar blanco y merengue, y su nombre se debe al escritor peruano José Gálvez Barrenechea, quien lo bautizó así después de probar la creación de su esposa, Amparo Ayarez, una talentosa repostera.
La receta combina leche condensada, leche evaporada, huevos, azúcar, esencia de vainilla y vino de Oporto en dos preparaciones distintas: el manjar blanco y el merengue, que coronan este postre con una apariencia similar a una nube en el cielo.
Picarones: Un Bocado de Tradición Afroperuana
Picarones. Foto © Adrián Portugal |
Los Picarones son similares a los donuts en su forma de aro, pero su textura es más parecida a los buñuelos. Esta delicia es una masa crujiente elaborada a base de zapallo y boniato, que se sumerge en miel de chancaca, creando una experiencia de sabor inolvidable. Aunque algunos ingredientes se remontan a la época de los Incas, la receta actual es el resultado de la influencia española, que introdujo harina de trigo y azúcar en la mezcla.
Los Picarones, apreciados por los limeños, se transmiten de generación en generación, especialmente entre las cocineras afrodescendientes que los anunciaban con versos y cantos melódicos, una dulce tradición que sigue endulzando los días de quienes los prueban. ¡Qué ricos! ¡Qué ricos! ¡Picarones calientitos!… como dice la letra de «La Picaronera,» una canción de la artista peruana Rosa Mercedes Ayarza, que captura la esencia de esta tradición dulce y melódica.
La gastronomía peruana va más allá de los platos salados y picantes, ofreciendo una variedad de postres muy interesante, reflejo de una historia rica y diversa que sigue endulzando las vidas de quienes los prueban en cada rincón del país.
Jesús Sánchez Celada
Fuente: Con Mucha Gula
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