Estos tres alimentos, por increíble que pueda parecer, se hicieron famosos gracias a la intervención de la Iglesia Católica
A la Iglesia Católica le debemos muchas cosas entre las cuales están seguramente sus enseñanzas, sus testimonios de fe y sus instituciones. Pero a veces descubrimos cosas que nos sorprenden como esta que os queremos contar hoy. ¿Sabías que hay tres alimentos que se hicieron famosos gracias a la intervención de la Iglesia Católica?
La primera comida que le debemos a la Iglesia Católica es el café. Se dice que la “cuestión del café” llegó alrededor del 1600, durante el pontificado del Papa Clemente VIII. El café ya era popular en el mundo musulmán y estaba comenzando a encontrar su camino hacia la Europa cristiana. Pero algunos cristianos, que estaban acostumbrados a beber vino, empezaron a pensar que el café de alguna manera representaba una bebida anticristiana, como una “amarga invención de Satanás”.
Los consejeros le dijeron al pontífice que condenara la bebida y la prohibiera para los católicos. Sin embargo, al Papa no sólo le encantó la bebida, sino que pensó que sería un desperdicio dejarla sólo a los “infieles”. Por supuesto, en poco tiempo se hizo popular.
Puede parecer súper normal hoy en día comer pollo empanado, frito, hervido, asado y en otras tantas otras comidas. Pero la práctica de alimentarse de ese animal no era tan común en el pasado. En excavaciones en el sudeste asiático, los arqueólogos descubrieron, al estudiar los huesos de aves que estaban en el suelo, que no tenían una hormona que casi todos los pollos tienen actualmente. No fue hasta el siglo IX que este gen se volvió mucho más común en los pollos. ¿Y qué provocó este cambio?
El café
La primera comida que le debemos a la Iglesia Católica es el café. Se dice que la “cuestión del café” llegó alrededor del 1600, durante el pontificado del Papa Clemente VIII. El café ya era popular en el mundo musulmán y estaba comenzando a encontrar su camino hacia la Europa cristiana. Pero algunos cristianos, que estaban acostumbrados a beber vino, empezaron a pensar que el café de alguna manera representaba una bebida anticristiana, como una “amarga invención de Satanás”.
Los consejeros le dijeron al pontífice que condenara la bebida y la prohibiera para los católicos. Sin embargo, al Papa no sólo le encantó la bebida, sino que pensó que sería un desperdicio dejarla sólo a los “infieles”. Por supuesto, en poco tiempo se hizo popular.
El pollo
Puede parecer súper normal hoy en día comer pollo empanado, frito, hervido, asado y en otras tantas otras comidas. Pero la práctica de alimentarse de ese animal no era tan común en el pasado. En excavaciones en el sudeste asiático, los arqueólogos descubrieron, al estudiar los huesos de aves que estaban en el suelo, que no tenían una hormona que casi todos los pollos tienen actualmente. No fue hasta el siglo IX que este gen se volvió mucho más común en los pollos. ¿Y qué provocó este cambio?
Tiene que ver con los monasterios benedictinos debido a que no podían comer “animales de cuatro patas”, pero la medida no se extendía a las aves, que solo tenían dos. Cuando se dieron cuenta de que algunas aves eran menos agresivas, crecían más y daban más huevos, empezaron a domesticarlas y hacerlas reproducirse.
Esta “selección natural” hizo que las aves con esta hormona (que se desarrolló mejor) se reprodujeran y se multiplicaran, haciendo que el gen fuera muy común hasta hoy. Y, por supuesto, se volvieron más disponibles y agradables de consumir. Y así, domesticar y alimentar a las gallinas se hizo común, y así que se hizo común el pollo entre las comidas de todo el mundo.
La pizza
¿Sabías que el primer registro de entrega de pizzas se hizo para un obispo católico? ¿Y se usó la palabra pizza por primera vez en un documento de una catedral católica?
Los documentos fueron encontrados en los archivos de la Catedral de San Erasmo y Santa Maria Assunta en la ciudad de Gaeta, Italia. Se trataba de un contrato de alquiler entre un duque y el obispo de la época por el uso de un molino dentro del territorio de la iglesia. El hecho increíble es que el alquiler no se pagó en efectivo, sino en pizzas.
Para el uso del equipo de molienda de granos, el duque prometió traer cada año 12 pizzas para el obispo y sus futuros sucesores, además de una paleta de cerdo y algunas gallinas en la fiesta de Pascua. Fue entonces cuando se realizó la primera entrega y el primer lugar donde tenemos noticia de que la pizza se llama así y hoy, sin ninguna duda, es una de las recetas más buenas de todo el mundo.
Fuente: COPE
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