La cocina española ofrece una amplia variedad de tapas para todos los gustos
En España, como en todo el mundo, comemos sushi japonés, hamburguesas americanas o albóndigas suecas. Pero, ¿ha logrado la comida española escapar de la tortilla, la paella y el jamón para colarse en las mesas internacionales? La respuesta es sí, y se encuentra detrás de la riqueza, atractivo y diferencia de las "tapas". ¿Qué importancia tienen en nuestra exposición al mundo? Silvia Intxaurrondo, al frente del tercer episodio de Geópolis, analiza en profundidad junto a un conjunto de expertos de qué forma interfiere en la visión internacional que tienen sobre nosotros.
La gastronomía española siempre ha sido valorada por lo rica y variada que resulta. Esto permite representar a España como un territorio repleto de multitud de productos, platos y técnicas culinarias, y es ahí donde las tapas adquieren un poder que les permite diferenciarse del resto de productos típicos nacionales.
Según Fernando Arancón, analista de El orden mundial, "la popularidad de la cocina española y su asociación con la idea de vanguardia y calidad es algo relativamente reciente". "Durante buena parte del siglo XX", continúa explicando, "España priorizó una imagen exterior basada en el sol y la playa, en ser un destino de turismo barato y masificado. Con la llegada de la democracia, el desarrollo económico y la llegada de nuevas técnicas, se empieza a perfeccionar la cocina. Surgen nuevos chefs que apuestan por su cocina regional y la llevan a la vanguardia. Arzak y Subijana son dos de los pioneros en cuanto a la cocina vasca. Luego llegará Adriá con El Bulli y revolucionará las técnicas y la forma de entender la cocina. Esto abrirá la puerta a toda una generación de chefs que apostarán por la vanguardia desde distintas perspectivas, situándonos a la cabeza de la élite culinaria mundial".
"Este desarrollo va de la mano de la popularización de nuestros productos, asociados a la calidad, con el jamón, el aceite y el vino como grandes exponentes. Hoy, España combina esas dos patas para su gastrodiplomacia: vanguardia y productos de calidad", indicaba Edu Saldaña, analista de El orden mundial.
La importancia de las denominaciones de origen
Los sellos de calidad son algo muy cotizado, y el motivo no es otro que otorgar un valor de mercado muy atractivo para los productores. También sirven para proteger a los consumidores, porque les aseguran que están pagando por una calidad que el producto está prometiendo. Teniendo en cuenta estos aspectos, existen tres sellos distintos:
- Especialidad tradicional garantizada: aquellos productos que se elaboran con técnicas tradicionales, como el jamón serrano, la leche de granja, los panellets y las tortas de Aceite de Castilleja de la Cuesta. Es independiente del lugar donde se produzcan.
- Indicación geográfica protegida: productos originarios de una zona, donde al menos algunas partes de su elaboración (productos y proceso) debe realizarse en esa zona. En España tienen este sello algunas carnes, embutido y jamones. Por ejemplo, la ternera gallega, el gallo del Penedés o el chorizo de Cantimpalos. También tienen este sello algunos panes y dulces, como la Tarta de Santiago, el turrón de jijona o la ensaimada de Mallorca. Y algunos licores y destilados europeos como el vodka, la ginebra o el brandy.
- Denominación de origen protegida: son productos exclusivos de una región. Todos sus componentes y su proceso de elaboración se hacen en ese territorio. En Europa tenemos quesos como el roquefort, la mozzarella de bufala o el español la Torta del Casar. O vinos como el cava, el albariño o el prosecco. En el caso del vino, España es el principal exportador de vinos del mundo, con algunos tan famosos como Rioja, Rueda o el vino de Toro.
Tal y como afirmó Blas Moreno, analista en El orden mundial, "las denominaciones de origen sirven para proteger a ciertos productos de otros que puedan plantear una competencia desleal. Francia lleva implementando este tipo de sellos para sus productos desde el siglo XV. Hoy la Unión Europea tiene todo un sistema de clasificación de los productos europeos, que funciona como una etiqueta de calidad y distinción". España, Francia e Italia son los países con más Denominaciones de Origen protegidas. Estas ayudan a que se pueda competir destacando características únicas y difícilmente repetibles. Pero en el caso de estos países, es una cuestión histórica y que moviliza mucho a los ciudadanos de cada país.
Fuente: rtve
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