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El consumo de vino debe ser moderado. Foto: iStock |
En el mercado se puede encontrar una extensa gama de vinos, cada uno con diferentes cosechas.
El vino se ha consolidado como un excelente acompañante en el arte del maridaje, combinándose a la perfección con carnes, pescados, pollos, quesos y una amplia variedad de platos.
En el mercado se puede encontrar una extensa gama de vinos, cada uno con diferentes cosechas y años de producción, lo que puede hacer que la elección del vino adecuado sea un desafío, especialmente para quienes no están familiarizados con este mundo.
Catalina Rugeles, sommelier colombiana, le explicó a EL TIEMPO que el vino no debe intimidar a los consumidores. “Uno entiende que es un producto distante, que se ha usado principalmente para fiestas. Sin embargo, esta bebida nos puede acompañar en la cotidianidad, por supuesto, con moderación”, asegura Rugeles.
De acuerdo con la experta, la gastronomía colombiana, por diversa que sea, se puede armonizar muy bien con diversos tipos de vino. “Pensemos, por ejemplo, en una posta cartagenera que, con un vino tinto, como el Pinta Negra, marida muy bien por esos sabores profundos entre dulces y salados”.
La primera recomendación que da la sommelier es pensar en el presupuesto y a partir de ahí escoger un producto que encaje. Luego de probarlo, es fundamental identificar qué características le gustaron, y cuál es su origen (país, región y de qué uva estaba hecho).
Rugeles indica que la principal diferencia radica en el tipo de uva y su origen. “Aunque no siempre el vino más costoso es el mejor, generalmente un precio más alto refleja procesos más elaborados en su producción. Estos pueden incluir un mayor tiempo de envejecimiento en barrica o una selección más rigurosa de las uvas. Sin embargo, también existen opciones más económicas diseñadas para el consumidor promedio, que destacan”.
La gran mayoría de vinos que hay en el mercado son secos, es decir, sin dulce. Y, mientras que los vinos dulces son ideales para acompañar postres, los secos son perfectos para las comidas de sal.
Adicionalmente, muchas etiquetas de vinos especifican la variedad o las variedades de uva utilizadas en su elaboración. “Hay que empezar a hacer una recolección de información, probando distintos vinos, de diferentes regiones y cosechas para entender qué hace particular a cada producto”.
Adicionalmente, muchas etiquetas de vinos especifican la variedad o las variedades de uva utilizadas en su elaboración. “Hay que empezar a hacer una recolección de información, probando distintos vinos, de diferentes regiones y cosechas para entender qué hace particular a cada producto”.
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Se estima que hay más de 10.000 variedades de uva en el mundo, pero no todas se usan para el vino. Foto:iStock |
Rugeles sugiere que en internet es posible encontrar información adicional, por ejemplo, se pueden descubrir detalles como las características específicas de cada producto y sugerencias sobre los tipos de comidas con los que maridan mejor.
La sommelier, además, habló sobre el añejamiento de los vinos. De acuerdo con Rugeles, hay vinos que están hechos para envejecer por mucho tiempo, pero esto no sucede con todos. El parámetro para conocer esta información es la fecha que está en la etiqueta, es decir el año en el que se recolectó la uva y el tipo.
“Lo primero para saber si un vino se puede añejar es el tipo de uva, porque no todas las uvas son para larga guarda. Por ejemplo, la Sauvignon Blanc está recomendada para beberse joven y fresca, entonces no es un vino que se pueda guardar diez años. Eso, sin embargo, no significa que su calidad sea mala”, argumenta.
Rugeles agrega que uvas como la Cabernet Sauvignon se pueden beber jóvenes, pero también pueden pasar diez o treinta años y el vino sigue “fantástico”.
Lo segundo a tener en cuenta es el viñedo. “Un viñedo joven no va a dar uvas con potencial de guarda, mientras que uno antiguo, con más de diez o treinta años, va a dar uva con mucha más calidad para añejar”, resalta.
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La temperatura es clave para consumir vino. Foto:iStock |
En cuanto a su consumo, la temperatura es fundamental, porque “va a hacer que el producto sepa mejor”. Rugeles explica que, en su mayoría, Colombia es un país cálido, tropical, por lo que los consumidores de vino deben tener en cuenta que la temperatura ideal para servir el vino blanco es de 8 y 10° C, sin importar la región en la que se encuentre.
En el caso del vino tinto, se debe servir a una temperatura entre los 16° C y 18° C. En algunas ciudades, que son frías, esta bebida se puede servir a temperatura ambiente, sin embargo, en otros lugares será necesario refrescarlo: pasarlo ya sea por la nevera o por una hielera.
Fuente: El Tiempo
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