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lunes, 14 de marzo de 2011
Anabella Barrios (@psicocina): Después de la comilona ¿Cómo algo light o no light?
¡Mis queridos amigos! ¿Cómo están?
¡Qué sabroso es poder encontrarme con ustedes a través de estas líneas! Intento pensarlos, intento responder a algunas de sus inquietudes. La semana pasada hablamos de cuando nuestros hijos no quieren comer, y hoy hablaremos de cuando nosotros queremos comer demasiado.
Todos nos hemos encontrado en alguna parrilla dominguera, y cuando llega el café nos preguntan “¿Azúcar o edulcorante?”, y en coro contestamos “¡Azúcar, si ya me salí!”. Hay otros que aprovechan y cierran con un refresco light a pesar de todo el exceso. ¿Cuál debería ser entonces la postura adecuada?, ¿Nos desbocamos por completo? ¿ O “metemos la coba” con algo light?
Si son personas que se preocupan por su figura, o tiene sobrepeso y desean llegar al peso ideal, hoy les aportaré dos visiones que los pueden ayudar y fortalecer su voluntad en sus instantes de decisión después del desboque.
Y como siempre he dicho, no cambiemos nuestros hábitos alimenticios, evolucionemos en ellos. Nuestra respuesta ante qué hacer en estas situaciones va a depender, inicialmente, de cual sea nuestro deseo original: ¿Qué quiero yo?, ¿Quiero disfrutar y a la vez me quiero cuidar?,¿Quiero simplemente pasar un buen rato, sin preocupaciones, ya que mi desboque es una vez a la cuaresma?, ¿Quiero seguir comiendo siempre lo que me gusta sin pensar en más nada?. Si alberga dentro de sí alguna espinita de deseo por mejorar pero no sabe cómo, sigamos adelante que para eso estamos.
Nos encontraremos con argumentos muy sólidos y reales que nos explican que light significa presencia del ingrediente en menor cuantía que en el producto original, esto no significa ausencia de grasa o azúcar. También encontramos libros de comida ligera hechos por gente reconocida, estudiada y muy responsable en la materia, que nos ofrecen recetas con diferencias sutiles en relación con las originales, ante las cuales el gordito que quiere seguir comiendo sin parar dice: “¿Qué sentido tiene? ¡Me lo como con todas las calorías!”
Es aquí donde los invito a ampliar la visión haciendo una analogía de nuestro cuerpo y lo que consumimos con lo que sucede en la administración de un restaurant o una escuela de cocina. Recuerdo a mi chef explicándonos lo importante que era el uso adecuado del plástico para envolver y conservar los alimentos y su repercusión en los números al final del mes o el año. Nos explicaba que mensualmente gastaban algo como 500 Bs. en dicho producto. Si un empleado le colocaba el doble de lo necesario, el doble del plástico se iba a consumir; esto significaba que en un mes el gasto mensual de dicho plástico ascendería a 1000 Bs. por lo que hacía un empleado con dicho plástico. 500 Bs por aquí y 500 Bs. por allá van sumando, sin darnos cuenta, millones de pérdidas que pueden hacer que una muy buena empresa o restaurant quiebre por un uso indiscriminado de sus recursos.
Igualmente sucede con nuestro cuerpo, si se nos va la mano en consumo de azúcar por aquí, y luego con el consumo de grasas por allá, y como ya nos pasamos, entonces nos pasamos un poquito más, ¿cuánto nos habremos pasado al final del mes?. O si por el contrario nos ahorramos un poquito aquí y luego otro poquito allá con un producto light, o cambiando un día la mantequilla por aceite de oliva, ¿cuánto nos habremos ahorrado al final del mes? Pensemos qué queremos hacer de nuestro cuerpo, ¿una empresa lucrativa, generosa en disfrute de nuestra vida o una empresa quebrada?
Antes de la parrilla, cómase en casa una fruta que amortigüe. Cuando esté ahí y vaya a tomar alguna bebida alcohólica acompañada de un jugo de fruta, que preferiblemente sea jugo natural, ¿Sabía usted que un cuarto de jugo de naranja o un refresco regular contiene el equivalente aproximado a 17 ó 18 bolsitas de azúcar de esas que usamos para el café?. ¡Con solo un poquito hacemos una gran diferencia!
No les diré que vivan de pan y agua, soy una de las primeras que disfruta del chocolate, del buen comer. Cocino, me gusta cocinar, y ahora que estuve de vacaciones he encontrado el placer en recibir, en disfrutar lo que otros nos han de ofrecer, ¡qué bien sabe! Coma un poquito por aquí y otro por allá, degustar también es una forma de disfrutar.
Atrévanse a descubrir la diferencia entre los productos, no esperen que un refresco regular sepa igual que el light, eso sería como esperar que dos hermanos del mismo apellido fuesen exactamente iguales solo por pertenecer a la misma familia. Busquen y encuentren las diferencias, aprécienlas, seguro que algún buen tumbado le encontrarán, en especial si piensan que, de poquito en poquito, a su empresa de vida están haciendo ganar.
¡Los quiero! ¡Hasta la próxima semana amigos!
Déjenme saber por @psicocina qué temas les interesan.
Anabella Barrios Matthies
Psicóloga de profesión – pastelera de corazón
Hola Anabella, ahora somos compañeras en la familia Gourmet Urbano pero en este instante te escribo con mi alter ego @GorditaRehab y debo decirte que me encanto tu escrito, justamente es lo que trato de transmitir en mi blog y mi cuenta de twitter en donde basicamente lo ideal para llegar al peso adecuado es jugar con el equilibrio entre los alimentos.
ResponderBorrarYa recomendare este post y que te sigan a tu cuenta, puedes visitarme a www.gorditaenrehabilitacion.wordpress.com y/o seguirme en twitter por @GorditaRehab
Un saludos grande desde esta tarima!