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domingo, 20 de marzo de 2011
@Walezca Barrios: Historia cortas de la Gastronomía. ¿quién inventó qué? - La Servilleta
Cuando uno decide escribir sobre a historia de la gastronomía, normalmente uno se inclina hacia los alimentos, cómo fueron descubiertos, quién los llevó a la fama y las recetas que preparamos con ellos.
“Pero ¿y los cómo?” fue la pregunta que me hizo un gran amigo cuando le hablaba sobre mi sección. La pregunta me pareció ilógica hasta que procedió a explicarla. “¿De dónde salió todo lo demás que conocemos?,¿Quién inventó los cuchillos?, ¿y los tenedores de dónde salieron? ¿Por qué unos comen en el piso y otros en la mesa?
Entendí que sí, damos por sentado muchas cosas porque ya están allí, pero ¿de dónde salieron? ¿Quién las inventó? Así doy inicio a otra vertiente que, intercalada con la historia de la gastronomía, les escribiré semanalmente. Historias cortas, pero que nos hará ver con otros ojos el próximo tenedor que nuestras manos.
¿Quién inventó qué? La Servilleta
Se dice que la servilleta ya existía desde el antiguo Egipto, eran pedazos de lienzo que acompañaban todo banquete. Impensable era que un egipcio se sentara cerca del Faraón a comer y luego quedara con la boca y las manos sucias. La perfección de las pirámides no podía salir de un pueblo que no cuidara detalles de su vida personal, incluso en aquella muy lejana época. Pero no sería sino hasta el Siglo XV en que uno de los grandes de la Historia de la Humanidad la creara formalmente.
Se dice que los Griegos y los Romanos también la usaron, pero no para limpiarse; cada invitado llevaba su servilleta, que solía ser un pedazo de tela largo y ancho, en la que metían la comida que sobraba para llevársela y seguir la “comilona” en otro lado. ¿Cómo se limpiaban? Se dice que para eso tenían sus esclavos que los limpiaban o ellos se limpiaban de los cabellos de sus esclavos. Si el asunto era así, la higiene no predominaba en aquellos años. En la Edad Media se afina un poco esta necesidad. Solían colocar vasijas con agua para que los comensales se limpiaran, pero igualmente seguía siendo poco higiénico.
Y ustedes se preguntarán ¿y no usaban manteles? Pues si, la costumbre era limpiarse de ellos, o de los faldones del vecino, o del pelaje de un par de conejos que ataban a los bordes de la mesa para que los comensales dejaran los restos de comida en ellos.
¿Horrorizante verdad? Eso mismo pensó el creador de la servilleta, hombre de gran inteligencia, con una visión futurista como nadie, y que al asistir a un banquete de su mecenas, Ludovico Sforza, a finales del Siglo XV, no pudo más que utilizar su ingenio para resolver ese “detalle”
Este hombre fue Leonardo Da Vinci, quien simplemente decidió en el siguiente banquete colocar un pedazo de tela por cada invitado para que los usaran y se limpiaran discretamente las manos en ellos. Lamentablemente, lo único que consiguió Leonardo fue que los invitados se divirtieran un mundo con él lanzándoselos unos a otros, sonándose las narices o sentándose sobre ellos, ¿pero que se limpiaran las manos? Pobre Leonardo.
Da Vinci salió desanimado y frustrado de ese banquete, pero lo que nunca supo es que alguien, no sólo vio la importancia del invento del maestro, sino que lo escribió y es la fuente que tenemos en la actualidad. Estoy segura que Leonardo feliz estaría en nuestra época por el uso de su invento, utensilio infaltable en las comidas, o al menos así debería de ser.
Hasta el próximo domingo.
Walezca Barrios.
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