Esta semana estuve leyendo por casualidad un artículo donde se hacía referencia a diversas investigaciones realizadas en España, entre el año 2009 y el 2011, con respecto a la alimentación infantil, así que les tengo dos noticias, una buena y otra mala:
- La buena: Vamos por buen camino. Todas las investigaciones recomiendan, de una u otra manera, conducirnos a la hora de la comida como ya hemos venido puntualizando: ofrecer pequeñas cantidades, hacer el momento de la comida agradable, no obligarlos a comer todo lo que hay en el plato, variar los alimentos, presentarlos de manera novedosa…
- La mala: El asunto es para largo; es decir, el tema de los hábitos en la alimentación no se acaba sino ¡hasta después de la adolescencia! Así que a respirar profundo, que al menos a mí me faltan solamente como unos 14 años más.
Uno de los aspectos que me pareció más interesante fue acerca de cómo ser persistente a la hora de ofrecer nuevos alimentos. Esto es algo en lo que generalmente los padres nos sentimos un poco frustrados y dejamos de intentarlo a la primera pataleta de nuestros muchachitos.
Así pues, resulta que la mayoría de los niñitos sienten aversión por los alimentos nuevos; por los alimentos, no por las chucherías. Ellos siempre deciden asumir el reto de probar si vienen en algún paquetico colorido, pero si están en el plato del almuerzo… ¡les da la aversión por los alimentos nuevos!
El hecho es que han descubierto que si se da de manera seguida y frecuente el mismo alimento, por al menos 8 veces, es mucho más probable que el pequeño gourmet se aventure a probarlo y termine gustándole. Sin embargo, lo que hacemos los padres es colocar algún vegetal en el plato y pelear con nuestro hijo a muerte para tratar que se lo coma; al final sentirnos frustrados porque no le gustan los vegetales y no lo volvemos a intentar hasta un remoto día. En este caso el error es doble, el primero por intentar que coma peleando y obligado -eso a nadie le gusta- y en segundo lugar, por no volver a intentarlo al día siguiente o con un día de por medio máximo.
Así pues que lo mejor es entonces ir incorporando uno o dos alimentos nuevos a la semana de manera tal que puedas irlos alternando con un día máximo de por medio hasta lograr las 8 ó 10 preparaciones. Para ese momento ya tu hijo se debe haber “aventurado” a probar; una vez que lo hayas logrado, no dejes de ofrecerlo con frecuencia.
Es importante también que varíes la preparación, especialmente de los vegetales que son el dolor de cabeza de todos los padres. Generalmente, todos los gorditos tendemos a asociar vegetales con dieta, pero en el caso de los niños esto no debe ser así, por lo que puedes intentar preparaciones más sabrosas y novedosas aunque no necesariamente sean bajas en calorías; el objetivo con ellos no es la dieta para perder peso sino que incorporen nuevos alimentos y se habitúen a sus sabores y texturas para que en un futuro no necesiten hacer dieta, ya que comen de manera balanceada y saludable.
Puedes probar con los vegetales gratinados, empanizados, picaditos como parte de alguna otra preparación, horneados, a la parrilla, también son válidos salcochados o al vapor. Les prometo para una de las publicaciones futuras ofrecerles algunas ideas deliciosas para vegetales.
Lo importante en el caso de los niños no es sólo que la comida sea sabrosa, sino que además se vea sabrosa, pues de lo contrario no hay quien los convenza de probar aquel plato.
Antes de concluir, quiero agradecer a todas mis queridas amigas y compañeras de Burbujitas con quienes tuve el agrado y el inmenso honor de trabajar estos últimos 12 años, por haber compartido lo sabroso del día a día, por haberme acompañado en mi desarrollo profesional, por haberme tenido paciencia mientras aprendo esto de la maternidad y muy especialmente a quienes han sido víctimas de Natalia a la hora de la comida. Fueron ellas quienes siempre me animaron a compartir nuestras experiencias (las de ellas y la mía) con respecto a la alimentación infantil. Muy especialmente a mi muy querida Inés, fiel admiradora de la comida diaria de Natalia; a Pipa, mi lectora más consecuente; y a mis amigas y compañeras madres por enriquecer mi experiencia con las suyas. Les queda la tarea de seguir consintiendo a mi muchachita aunque yo ya no trabaje allí. ¡Las quiero amigas!
El menú de hoy es algo que nos gusta a los grandes y a los pequeños: pastina con salsa de carne; pero no cualquier salsa de carne, sino la que prepara la mamá de Samar, ¡no hay nada que se le compare!
Para el tronco del árbol hice montoncitos de pastina que luego cubrí con la salsa, y para el búho utilicé un cortador que rellené con pastina recién hecha para que adoptara fácilmente la forma. Coloqué algunas estrellitas para dar un ambiente nocturno al paisaje de hoy.
Feliz semana y ¡QUE VIVA NUESTRA VINOTINTO!
Nadyra Muhammad Mirabal
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
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