Tener una cava en la casa es un hobby, es armar una colección querida y premeditada, y, por lo tanto, se debe ir haciendo en el tiempo con calma y comprando bien, afirma Adolfo Hurtado, enólogo y gerente general de Viña Cono Sur.
Pero tener una cava propia no es fácil, y requiere de ciertas claves para su éxito. Por eso, si es un amante del vino en todas sus expresiones, le entregamos una serie de claves que pueden ser útiles para comenzar su propia colección de vinos, según la experiencia de los expertos.
Una persona puede tener varios motivos para tener una cava: los que deciden dejar los vinos guardados un tiempo en un lugar adecuado para beberlos posteriormente, o aquellos que desean tener a su disposición un número considerable de alternativas cada vez que deciden beber un vino. Sin embargo, para el enólogo de Casa Silva, Mario Geisse, el principal objetivo de esta inversión debiera ser aprovechar al máximo el potencial del vino.
El presupuesto para hacer una cava en la casa varía fuerte, ya que se pueden hacer desde prácticas repisas de distintos materiales por menos de $50 mil, hasta construcciones especiales en un subterráneo y con todos los accesorios posibles, lo que puede costar varios millones de pesos.
“Existen pequeñas cavas portátiles, como también grandes cavas que sirven, incluso, para hacer degustaciones en su interior. Para quien no se quiere complicar ni gastar mucho, lo más barato y práctico es una cava portátil, que pueden costar desde $200 mil y tienen capacidad desde 30 botellas (las más pequeñas) hasta algo más de 160, que se encuentran por $1.350.000, aproximadamente”, indica Geisse, y agrega que este tipo de cavas es recomendable para todas las personas con poco espacio en la casa.
Para Marcelo Pino, elegido el mejor sommelier de Chile, no hay mínimos o máximos que valgan a la hora de armar una cava en casa.
“Todo depende de cuánto nos guste el vino y de cuánto estemos dispuestos a gastar para armar un espacio propio para él en nuestra casa”, señala Marcelo Pino.
Elegir el lugar
Lo ideal, según los expertos, es buscar el lugar más fresco de la casa.
Como el sótano es algo poco frecuente hoy en día, se puede buscar un rincón lo más fresco, húmedo y oscuro posible, apunta Sergio Hormazábal, enólogo de la viña Ventisquero.
De esta forma, es bueno buscar una parte de la vivienda donde la temperatura sea estable y pareja, sin oscilaciones, como un clóset o una repisa de algún pasillo interior.
Por lo anterior, es importante tener en cuenta que las cocinas y logias son, en general, los lugares donde hace más frío en invierno y más calor en verano, por lo que no son lugares idóneos para guardar vinos.
“Si lo que busca es construir una cava dentro de la casa, hay que tener en cuenta el diseño, ya que este debe permitir colocar las botellas acostadas para evitar que el corcho se seque y entre oxígeno, lo que haría que los vinos se oxiden”, dice Pino.
Condiciones de guarda
Una cava debe ser un lugar que tenga en forma natural temperatura estable cercana a los 15 grados Celsius (algo que no siempre es fácil de conseguir) o bien permita manejar la temperatura, como un lugar oscuro, donde uno maneje la luminosidad con una humedad adecuada (alrededor del 60%), y de preferencia silencioso y sin vibraciones.
Además, el lugar debe tener ventilación y estar libre de malos olores (como los de combustibles o ceras).
Las botellas deben ir acostadas o bien con una cierta inclinación que permita una mejor visualización de las mismas. Para comenzar, los enólogos recomiendan comprar entre 10 y 20 botellas, para luego ir aumentando de a poco la colección.
Dónde y cómo comprar
Para comenzar una buena colección de vinos, el sommelier Ricardo Grellet recomienda tener una buena selección de vinos nacionales, pero también de algunos extranjeros.
“El champagne es un obligado, ya que a la hora de celebrar es el vino que por excelencia ha sido siempre sinónimo de festejo. Asimismo, los tintos con cuerpo y de todas maneras blancos a base de chardonnay”, opina Grellet.
En Chile existen varios lugares donde encontrar gran cantidad de vinos nacionales y extranjeros.
La mayoría de los enólogos y sommeliers sugieren El Mundo del Vino, La CAV, La Vinoteca y Santiago Wine Club, las que se encuentran en diferentes lugares de Santiago y algunas en regiones.
Con respecto al precio, Adolfo Hurtado, de Cono Sur, indica que el valor de los vinos chilenos, que en promedio hacen la diferencia entre vinos de consumo temprano y los aptos para envejecer, está en los aproximadamente $8 mil la botella. Sobre este precio, el vino debería tener aptitud de guarda.
La colección
Antes de comprar, los expertos recomiendan, ante todo, tranquilidad. No hay para qué volverse loco comprando botellas que no tengan un sentido especial para el dueño, y por eso invitan a comprar de a poco para que el gasto que esto implica se vaya, además, diluyendo en el tiempo.
“En una cava siempre deben estar los vinos preferidos por su propietario y miembros de la familia, siendo recomendable tener la más amplia gama posible. Recomiendo siempre degustar la botella, a comprar y separar entre los vinos de guarda (que se tomarán en un tiempo más) y los que se tomarán en el día a día”, dice Mario Geisse.
Se pueden guardar todas las variedades que se prefiera, aunque hay algunas que resisten la guarda mejor que otras. Por ejemplo, los tintos resisten muy bien la guarda en variedades como el Cabernet Sauvignon, el Syrah, Carmenere y Malbec.
“Normalmente debemos pensar en vinos ricos en acidez, frutosos y de buena concentración de taninos. Los vinos de mezclas tintas muchas veces son ideales para guardarlos; no nos olvidemos que los grandes vinos chilenos y del mundo son mezclas de diferentes variedades”, indica Pino.
En este sentido, Adolfo Hurtado recomienda:
- Guardar mayoritariamente vinos tintos, pero también hay blancos que envejecen muy bien, como los Riesling, Gewurztraminner o buenos Sauvignon Blanc con screwcap (tapa rosca).
- Inventariar el contenido, si no será muy difícil saber lo que se ha ido acumulando al interior de esta, y algunos vinos pueden añejarse más de lo ideal.
- Si se tiene la posibilidad de viajar, traer algunos vinos extranjeros para aumentar la diversidad de orígenes y cepas.
Incluir champagne y espumosos, ya que evolucionan bien, y es una categoría que cada vez suma más fanáticos.
Fuente: Economía y negocios Online
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